Medio millar de pobladores de Playa Cajío son protagonistas de acciones encaminadas a lograr allí, la resiliencia ante el cambio climático, gracias al Proyecto Internacional Resiliencia costera al cambio climático a través de la adaptación basada en ecosistemas (Mi Costa), según precisó Mercedes Niurka Rodríguez Vázquez, líder comunitaria al frente del proyecto.
Con el Instituto de Ciencias del Mar (Icimar), la Agencia de Medio Ambiente y el Citma como entidades ejecutoras, en esta área se implementa hace casi un año el Proyecto Mi Costa.
Con una duración de ocho años en su fase de implementación y 22 en la etapa de sostenibilidad, tiene alcance nacional al abarcar siete provincias, 24 municipios y siete asentamientos costeros donde se propone establecer acciones de adaptación costera, que a mediano y largo plazo puedan ser replicadas a otras zonas costeras del país, según explica Yaimé Valoria Álvarez, especialista del Citma de Güira de Melena.
Mientras, Mirella Acosta Lorenzo, coordinadora del Citma en la sureña localidad, resaltó que el objetivo fundamental del proyecto es “aumentar la capacidad de resistencia ante los efectos del cambio climático en comunidades costeras y ecosistemas amenazados, mediante la implementación de la Adaptación Basada en Ecosistemas (ABE), la creación de capacidades de la comunidad local para la adaptación y la integración de ABE dentro de la planificación local y nacional para la gestión costera”.
Persigue la rehabilitación integral de las funciones del humedal costero (manglares, herbazal de ciénaga y bosques de ciénaga) para la protección del litoral, así como el incremento de la capacidad técnica e institucional para la adaptación al cambio climático en comunidades costeras, gobiernos y sectores económicos.
La recuperación y el fortalecimiento de manglares y bosques de ciénaga permitirá disipar la energía del oleaje extremo y los fuertes vientos, al tiempo que mejora la disponibilidad y calidad del agua además de disminuir los riesgos de sequías, inundaciones, salinización de aguas y suelos, aspecto esencial si tenemos en cuenta que Güira de Melena destaca entre los más importantes polos productivos del país.
El monitoreo integral de la calidad del agua potable y marina, así como de los pastos marinos y arrecifes aledaños, permitirá calcular el impacto de las acciones de rehabilitación, aseguró Acosta Lorenzo.
Tarea de todos
Imbricar a la población de esa zona tan propensa al impacto de fenómenos meteorológicos también es una prioridad. Por tal motivo existe un aula anexa en la Escuela Primaria Julio Sanguily, de ese asentamiento, con el objetivo de que los residentes y el gobierno municipal puedan desarrollar y fortalecer sus capacidades de adaptación al cambio climático, mediante la capacitación y el uso de productos de información climática para la localidad, elaborados a partir de los sistemas de monitoreo sectoriales y de sistemas comunitarios de alerta temprana.
La población ha realizado ya varias acciones. Destaca la limpieza de zanjas, las calles, y la recogida de desechos sólidos, tareas que deben mantenerse para que de veras el proyecto surta el efecto deseado.
Mientras, el círculo de interés de la escuela ha estado directamente vinculado a la preservación del medio ambiente, junto a la Unidad de Manejo de Güira de Melena. Resaltan las visitas casa a casa, trabajos comunitarios y talleres de género con metodología de la Educación Popular, conducidos por la Máster Damaris Espinosa Acosta, directora del Centro Universitario Municipal (CUM).
De igual manera la Universidad de Artemisa se ha integrado a las actividades, como la efectuada recientemente con la participación del Movimiento de Artistas Aficionados de la Federación Estudiantil Universitaria, el Movimiento Deportivo, la Cátedra del Adulto Mayor del CUM y la Unidad de Manejo del Proyecto Mi Costa.
Yusdiel León Castillo, profesor del CUM, dijo que el objetivo de estos intercambios es incentivar la conservación y preservación del medio ambiente.
La rehabilitación de 12 388 hectáreas de manglar y 2 916 de bosques de ciénaga; el mejoramiento de la calidad del agua potable al disminuir la intrusión salina; un mejor sistema de monitoreo; la incorporación de medidas de adaptación al cambio climático en los planes de desarrollo territoriales, sectoriales y nacionales; son de los propósitos marcados de Mi Costa, un proyecto que poco a poco devuelve, con la participación popular, el esplendor y la capacidad de resistencia a nuestras zonas costeras.