Este es un safari diferente, no acontece en África, pero sus integrantes disfrutan de la naturaleza, mientras aprenden sobre fotografía. La propuesta parte del Colectivo de Artes Visuales Petrona Cribeira, de la comunidad de Baracoa, donde se vinculan a La Finquita del Arte.
Un proyecto que está dirigido por Miguel Mendiola, quien sueña con tener un espacio diferente, donde la creatividad y la vida sean una sola. En palabras de su propio creador, La Finquita “propone crear un espacio de espiritualidad para el desarrollo de la creación artística y la formación de valores, en un entorno de agricultura urbana y familiar”.
Desde el 2019 surgió la idea, que se encontró con unos cuantos escollos al no ser aprobada como proyecto de desarrollo local; pero cuando se sueña en grande nada es imposible.
Por ello, tras dos años de espera y empeños, a Mendiola y su familia se les otorgó en usufructo, casi una hectárea y el derecho de uso de superficie para el taller de artes visuales.
“Han atentado en buena medida, la pandemia y las limitaciones de recursos, para concretar todo el proyecto. Actualmente nos mantenemos como una iniciativa comunitaria, más bien familiar, haciendo lo que se puede a partir de los recursos propios y con la ayuda del colectivo de la Casa de Cultura y algunos amigos”.
“El taller de fotografía surge como una necesidad de los participantes noveles del Safari Fotográfico; lo estamos realizando en La Finquita propiciando un espacio alternativo y creativo.
La quinta edición de Foto Safari Playa Baracoa, imagen creativa, se desarrolló los días 12 y 13 de agosto. El evento persigue consolidar la fotografía comouna forma de lenguaje, siempre desde una mirada local.
“En esta ocasión quisimos marcar un punto de giro, teniendo siempre como eje a la fotografía creativa, pero a la vez estimular a los creadores y al público. Llamamos a la participación de otras expresiones visuales que respondan a igual propósito, para lograr un evento más abarcador desde las artes visuales”.
En La Finquita… se han realizado además: talleres con los niños, metodológicos con el colectivo de la Casade Cultura sobre arte y naturaleza, de pintura con pigmentos naturales, actividades recreativas y trabajos productivos durante las jornadas Sembrar Conciencia.
Lo fundamental es el área de usufructo familiar vinculada a la agricultura urbana. En la actualidad tienen sembrados cultivos varios y crían ganado menor para autoconsumo. El sitio se ubica en la comunidad Los Cocos, entre el centro mixto Pedro Esperón y la Planta de Tratamiento de Residuales, la cualnofuncionadesdehaceunos diezaños. “El terreno no es muy bueno, se caracteriza por ser pedregoso. La vegetación autóctona es de maniguales y arbustos bajos, además de manglares en los lími- tes de la laguna El Doctor.
Hemos sembrado algunos frutales de arbustos bajos y cocos, pero los fuertes vientos los derriban por la poca sujeción y profundidad del suelo”.
Aun así, este pintor no abandona su empeño. “Quiero crear mi estudio taller en este entorno y que el espacio funcione también para realizar actividades de promoción de las artes visuales y de las actividades de producción de alimentos desde el arte.
“Realizando círculos de interés, concursos, talleres, charlas, intercambios de experiencias entre productores y otras iniciativas que vinculen a artistas y la comunidad”, acota.