Cada día la política de los Estados Unidos contra Cuba se torna más hostil. Durante seis décadas y más, un cerco económico, comercial y financiero aleja distancias, separa familias, limita la adquisición de recursos, impide el crecimiento científico y tecnológico, frena inversiones, trunca esperanzas, destroza corazones… Se trata del bloqueo.
Los daños causados al pueblo cubano por su aplicación son perfectamente contables, al menos en el ámbito económico. Pero la necedad del Gobierno estadounidense entorpece por igual la adquisición de insumos, materias primas, reactivos, medios de diagnóstico, equipos, piezas de repuesto y fármacos para el tratamiento de enfermedades graves, como el cáncer.
La salud pública, educación, el deporte, la agricultura, las comunicaciones… no hay un sector que escape a la persecución del bloqueo.
Una de las más recientes decisiones de la Casa Blanca frente a los intentos de Cuba de energizar su economía, apunta contra Fincimex, con lo cual afecta severamente la entrada de remesas a las familias.
Esta compañía, ubicada en Panamá, está autorizada a realizar operaciones de intermediación financiera, gestionar y administrar las remesas de ayuda familiar desde el extranjero hacia Cuba, y tiene licencia para fungir como institución adquirente de tarjetas plásticas.
Es, además, el agente principal de la empresa de transferencia de remesas Western Union (WU) en Cuba, con presencia en todas las provincias y el municipio especial Isla de la Juventud.
Sin embargo, el anuncio del gobierno cubano de abrir 72 tiendas en Moneda Libremente Convertible (MLC), detonó la ira de los poderosos. Ahora no solo implicaría a Western Union, sino también a cuantas se sirven de la tarjeta AIS, como Global Envíos, Fonmoney, Barri Financial Group, Cubamax Travel, Real Transfer o Envíos a Cuba por Caribe Express, entre otras.
Algunos bancos mundiales, como el francés Crédit Mutuel Bank, paralizaron sus transacciones debido a las presiones de la administración de Donald Trump y al miedo a probables sanciones económicas. Se supo que la institución gala le cerró las puertas a Havanatur, Cubapack y American International Service (que hace las tarjetas AIS, empleadas por Fincimex)”.
Por similares razones y con idénticos resultados, el gigante WU ha dado a conocer que —de momento— no está en condiciones de pagar en dólares los envíos de dinero realizados desde los Estados Unidos a destinatarios cubanos.
Una vez más, el bloqueo frena la vida económica y el desarrollo social de la mayor de Las Antillas, a tal punto que nos obliga a tomar medidas, como abrir tiendas para recaudar USD y mejorar la capacidad de pago del país.
Para los ingenuos que del esfuerzo del Gobierno solo ven las carencias, sepan que esta situación diaria de limitaciones que vivimos tiene nombres; se llaman bloqueo, guerra, crimen, intento de exterminio, genocidio en su más cruda expresión.