Ni siquiera responder mis 15 preguntas la saca de sus 64 casillas. Ante cada una, parece posicionar sus piezas para una Defensa Escandinava, como Capablanca y Magnus Carlsen. Es una niña de Guanajay —de apenas diez años— llamada Dalila Toledano Fernández, pero tiene un ejército de torres, caballos, alfiles y peones que bien sabe dirigir.
Una de sus entrenadoras, la Maestra Fide (WFM) Ana Bárbara Sierra, campeona nacional juvenil en 2019 y de los Juegos Escolares en 2016 y 2017, elogia su talento y perspectivas.
“Escucha los consejos que le brindas. Es muy disciplinada y organizada, una jugadora incisiva, que ataca y a la vez se retrae, muy posicional, en busca de los pequeños detalles.
“Analiza rápido las formas de atacar al rey. No es una ajedrecista solo para la categoría sub 12; se está formando a largo plazo, por su temperamento y temple a la hora de enfrentar las partidas, de posicionarse”.
Ya ganó la medalla de oro entre las muchachas del sub 12 mixto, en el torneo Buscando un Capablanca.
Su lenguaje natural son los trebejos, así que comienza a moverlos al ritmo de la entrevista.
-¿Por qué te gusta el ajedrez?
“Es un juego que me divierte y motiva a seguir superándome día a día”.
-¿Cómo descubriste que te gustaba?
“Cuando vi a mis entrenadores Juan y Ana Bárbara mover las piezas y hacer jugadas que me parecían curiosas”.
-La escuela te hace estudiar Matemáticas, Historia, Español… y en el ajedrez también tienes que estudiar aperturas y cientos de jugadas.
¿Qué te motiva de un juego en el que pasas tanto tiempo estudiando?
“Que nunca es igual. Muchas veces en la escuela aprendemos cosas repetitivas, mientras en el ajedrez cada partida es distinta, cada combinación es diferente, cada apertura, cada final; siempre hay que trazar planes y tratar de buscar cuáles son los mejores”.
-¿Qué te dicen tus compañeritos de estudio y amigos sobre tu dedicación al ajedrez?
“A algunos les parece muy aburrido sentarse con un tablero a jugar ajedrez durante horas. Otros me apoyan, porque a ellos también les gusta. Y otros piensan que es divertido, pero no como profesión, solo como un hobby”.
-¿Qué haces en tu tiempo libre?
“Juego partidas rápidas de ajedrez, veo televisión y leo”.
Metidos ya en el medio juego (o la mitad de la entrevista), compruebo su concentración y desarrollo mental, lista para contraatacar en cualquier momento.
-¿Cuál es tu pieza favorita en el tablero?
“El caballo, la única que salta por encima de las demás”.
-¿Y tu apertura preferida?
“La Defensa Escandinava, porque casi siempre es de ataque y enroques opuestos”.
-¿Tu ídolo?
“Vivian Ramón (primera mujer en Iberoamérica en alcanzar la categoría de Gran Maestra)”.
-¿Cómo son tus entrenadores?
“Muy buenos y cariñosos conmigo. Se preocupan por darme clases y ponerme ejercicios teóricos y prácticos”.
-¿Juegas también contra la computadora?
“Sí, pero es un poco más difícil”.
-¿Te pones nerviosa cuando participas en un torneo?
“Solo en la primera partida”.
-¿Qué competencia te ha dejado mejores recuerdos?
“El torneo Buscando un Capablanca”.
-¿Sigues las lecciones aprendidas o improvisas?
“Casi siempre sigo las lecciones aprendidas, aunque a veces es necesario improvisar”.
-¿Cómo haces para acorralar al rey de tu rival?
“Con un ataque fuerte, eficaz”.
-¿Qué sientes cuando escapa?
“Me pongo un poco triste. Luego vuelvo a intentarlo. Cuando lo logro, me siento feliz, porque sé que todo el trabajo y el esfuerzo han valido la pena. Si pierdo, casi nunca lloro; el ajedrez es un juego para divertirse”.
La veo sonreír y apenas entonces descubro su plan, cuando emplaza al rey sin titubear.
“Mi gran sueño es llegar a ser Maestra Fide, Maestra Internacional o Gran Maestra, y participar en eventos internacionales en representación de mi país.
“Ahora, me gustaría aprovechar la oportunidad para agradecer a los maestros que me han apoyado y ayudado, y a la dirección de la escuela José Martí”.
La pequeña trebejista luce mucho más grande, por lo que agiganta la gratitud. Hasta se ve, cuando crezca en estatura, convertida en profesora de ajedrez: le contará a sus futuros discípulos sobre una partida con un periodista ¡en solo 15 movimientos!