Si la escucha reír no le cabrá duda de que Miriam Sánchez Oliva tiene ángel para conectar con los demás. Lo demostró ya como secretaria del buró sindical en la dirección de Educación del municipio Artemisa.
“En un matutino por el aniversario de la victoria de Playa Girón, pedí permiso para recitar una poesía y el director me captó para esa responsabilidad”. A partir de ahí, la maestra se fue ganando la confianza de los trabajadores, gracias a su constante preocupación por ellos, el gusto por resaltar sus virtudes y acompañarlos en todas las tareas.
“Recuerdo el cumpleaños 80 del Comandante en Jefe; se me ocurrió hacer el número bien grande, con papel lumínico. Varios compañeros me ayudaron a colocarlo en el patio y así darle la sorpresa al resto del colectivo”.
Iniciativas y entusiasmo revolucionaban este lugar, donde también amplió el sitial histórico con nuevas imágenes. Pero su mayor satisfacción fue conseguir lo que parecía imposible: que los integrantes de una brigada de mantenimiento entregaran la cotización.
“Me acerqué a ellos, hablaba en sus términos y logré sumarlos a todas las actividades. Asimismo, no pasaba por alto ninguna fecha significativa, siempre teníamos un detalle con los afiliados. De esa época conservo los diplomas de trabajadora destacada a nivel municipal y provincial”.
Miriam lleva más de una década en el sistema de Gobierno y funge en la actualidad como jefa de departamento del vínculo con los órganos locales del Poder Popular. “En otras palabras, la representante de la Asamblea Nacional en el territorio. Nuestro equipo, conformado por tres personas, controla el funcionamiento de estas estructuras y representa a los diputados”.
Antes de llegar aquí, esta carismática mujer fue secretaria de la Comisión Electoral Provincial y jefa de despacho del presidente de la Asamblea Provincial; sin embargo, “mi mundo no es encerrada en una oficina. Me trasladé al Departamento de Funcionamiento, cuya sección sindical no marchaba bien. Yo estaba consciente de que se podía hacer más y al final, tomé las riendas.
“Con el apoyo de la mayoría organizamos los matutinos, hacíamos la asamblea de afiliados, la reunión de factores…, respaldada por el secretario del Partido.
“También priorizamos el trabajo político-ideológico mediante visitas al Mausoleo, al Bosque Martiano del Ariguanabo, la incorporación a la Sociedad Cultural José Martí, charlas y conversatorios sobre Historia.
“Después de la disolución de la Asamblea Provincial, se extraña la familiaridad del colectivo, por ejemplo, a Dinorah Acosta, una de nuestras delegadas, la operaron y no le faltó el apoyo humano y material”.
Rememora orgullosa otra de sus conquistas. “Cuando cambió el concepto del pago del día de haber y se nombró Mi aporte a la Patria, nunca discutí de cifras, solo llamé a la reflexión: ¿cuánto cuesta para ti la Patria? Mientras se converse con las personas y se les explique la necesidad de algo, muchos entienden. No nos podemos cansar”.
Dialogar con la máster en Educación es sinónimo de alegría. Entre anécdotas jocosas, Miriam presume también de pertenecer a la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana; de guardar en casa las medallas Rafael María de Mendive por su labor en el magisterio, la Enrique Hart Dávalos, del Sindicato de Trabajadores de la Administración Pública y el sello aniversario 60 de este gremio.
Le debe mucho a las enseñanzas de Teté, otra valiosa dirigente sindical del ramo, fallecida recientemente. Y es que tal vez se hizo realidad una de sus “frases célebres” en un buró nacional del Sindicato: Por sus venas corre sangre de Lázaro Peña.
Sí que lleva esa sangre: defiende aglutina, reúne, convence, alienta, comparte, estimula con su ejemplo y amor a su patria. Felicidades Miriam!