Los Cazadores de Artemisa se han subido a una cuerda floja, y eso puede ser peligroso. Tras perder la subserie contra los Alazanes de Granma por 3-2, pierden también ante los Toros de Camagüey, y han descendido al sexto puesto. Sigo confiando en que están a punto de clasificar, pero la diferencia entre los equipos en pugna… es mínima.
Ahora los distancian cuatro juegos de la cima, por delante de los Cachorros de Holguín y los Tigres de Ciego de Ávila, a 5 y 5.5, respectivamente, no lo suficientemente lejos.
Y más allá de la línea imaginaria de la clasificación están al acecho Huracanes, Leopardos, Toros, Piratas y hasta Alazanes y Vegueros, pues la separación entre todos puede borrarse con apenas unas victorias, si los que marchan en posiciones punteras se permiten más de un desliz.
Entre la gloria y un sueño frustrado el margen resulta muy estrecho. Por eso, los artemiseños no pueden ceder. El más mínimo detalle cuesta un triunfo: cada victoria es un paso hacia la gloria, en tanto cada resbalón les desvanece otro poco ese sueño aún a su alcance.
Al menos en los papeles y en lo visto hasta hace tres días, Camagüey lucía como un equipo al que podían ganarle la subserie y hasta arrancarle uno o dos éxitos más, al igual que Guantánamo, su próximo rival.

No obstante, cayeron en el primer encuentro por estrepitoso 12-1 y, en el primer juego del doble programa, tras remontar marcador de 5-1, dejaron escapar el triunfo. Por segunda ocasión consecutiva, Yunieski García, uno de sus ases, fue bateado con libertad, aunque no fue quien perdió el choque; al contrario, pudo haberlo ganado.
La peor noticia aconteció en el segundo, pues su otro as, Geonel Gutiérrez, después de ponchar a cinco en tres entradas y dos tercios, sin regalar boletos y con apenas un jit en contra, debió abandonar el montículo lesionado. Y el zurdo artemiseño le hace mucha falta a esta tropa.
Por suerte, en este partido, Israel Sánchez se encargó de que los seguidores de Artemisa no lo echaran de menos, pues cerró el desafío sin tolerar anotaciones, a ritmo de tres ponches y un boleto.
El domingo no puede decirse que Elián Moreno trabajara mal. Sin embargo, poco a poco le fueron marcando. Finalmente, le hicieron cinco carreras; en cambio, los de casa solo fabricaron tres, una de ellas por jonrón de Osbel Pachecho. Osmel Solano bateó de 4-3.
Los muchachos de Yulieski González batearon tanto, hasta hace solo algunas subseries, que aún lideran gran parte de los departamentos ofensivos: carreras (con 412 y son los únicos sobre las 400), average (320), OBP (417), slugging (445), OPS (862), impulsadas (363), y son los que menos se ponchan (223 veces).
¿Entonces? Sencillo: dejan demasiados corredores en circulación, un sinfín de oportunidades desaprovechadas. Encima, a apenas cuatro cuerpos de lanzadores les batean más, únicamente tres equipos toleran más anotaciones… y solo tres permiten más carreras limpias.

Quedan seis partidos (sin contar los pendientes, suspendidos por lluvia), incluido el que se disputaba al cierre de nuestra edición impresa. El último rival será Guantánamo, ya eliminado y al final de la tabla de posiciones. No queda más remedio que ensañarse con los Indios, y asegurar la clasificación a su costa.