No se concebía distante del día a día en la sucursal del banco donde creció como profesional y ser humano. Tras 43 años de trabajo -los últimos 28 como directora-, tomar la decisión de jubilarse no resultó nada fácil. ¿Cómo serlo?, si desde los 17 el sistema bancario formó parte de su vida.
“Siendo muy joven, siempre que visitaba el banco con mi mamá, le comentaba que mi deseo era trabajar en una unidad de este tipo”, recuerda Cruz María Mojena Arzola. Y no debió esperar mucho; en octubre de 1979 integró uno de los equipos del entonces conocido como Banco Nacional de Cuba, iniciándose como auxiliar de contabilidad B.
Al crearse el Banco Popular de Ahorro (BPA), el 18 de mayo de 1983, se convirtió en una de sus fundadoras. No tardaría en comenzar el técnico medio en Contabilidad por CPT (Curso Para Trabajadores) y también aprovechó otras oportunidades de capacitación, al interesarse por las preparaciones impartidas por el Centro Nacional de Superación Bancaria.
En la sucursal 1732 del BPA, de Mariel, echó raíces: más tarde, ejerció como auxiliar de Contabilidad A, cajera bancaria, jefa del departamento de ahorro, administradora y, por último, directora, hasta su jubilación el pasado primero de marzo.
“Durante todos estos años hemos asumido muchos desafíos como la entrega de títulos de la Ley General de la Vivienda; el otorgamiento de créditos del programa de la Revolución Energética y los destinados a la nueva política bancaria para la compra de materiales de la construcción y pago de mano de obra; la participación en el proceso de la banca electrónica con los servicios asociados; entre otros”, señala.
De los momentos que más demandaron entrega de su equipo, menciona la etapa de COVID-19. “Logramos mantenernos activos durante ese tiempo, y aun cuando vivimos situaciones difíciles, nunca fue necesario cerrar el local, laboramos con un mínimo de trabajadores y garantizamos nuestras funciones”.
Para Cruz María, las más de cuatro décadas de desempeño profesional, “han sido de las grandes satisfacciones de mi vida, porque me he entregado en cuerpo y alma. El sentido de pertenencia y el amor al trabajo me permitieron sensibilizarme con las personas. Satisfacer las necesidades de los clientes y brindarles un servicio de excelencia, fueron mis mayores objetivos. Siempre inculqué a mis subordinados la premisa de que pensaran como si fueran los clientes, pues cuando te sientas en su silla sabes lo que necesita cada quien.
“Debemos ser capaces de dar respuesta a sus necesidades, por encima de las situaciones imperantes, conociendo que una buena atención no tiene nada que ver con las condiciones existentes”, añade.
Nunca escatimó tiempo ni esfuerzos, pese a residir en la comunidad marieleña de El Ingenito, a casi cuatro kilómetros del centro: “llegaba muy temprano y no tenía horario para irme. Cada tarea fue asumida con total entrega y gracias al apoyo de mi familia pude enfrentar cada desafío”.
Y al referirse a este núcleo esencial, precisa: “El BPA es el banco de la familia cubana y como tal lo consideré, como parte de mi familia. Si volviera a nacer y me dieran la oportunidad, me incorporaría nuevamente.
“Sentir el trabajo como una tarea de prioridad ante situaciones personales fue un eslabón fundamental en mi vida. Cuando tuve a mis hijos nunca disfruté íntegramente de la licencia de maternidad, porque sentía que el banco necesitaba de mí”.
Con agrado, recuerda su despedida, en tanto, la invade la nostalgia. “Tomar la decisión de jubilarme fue un proceso sumamente difícil. Me costó noches de desvelo asimilar que estaría en mi casa sin responsabilidad laboral alguna. No me sentía con las fuerzas de decir: me voy a desprender del banco, pero mi mamá está mayor y requiere de mis cuidados. No he podido regresar con frecuencia porque debo atenderla; no obstante, me mantengo apoyando en lo que necesiten, desde la distancia.
“Mi mayor tranquilidad fue saber que dejaba un personal preparado y muy buena reserva de cuadro. Me fui con el orgullo y la satisfacción de que esta sucursal mantendrá los resultados alcanzados hasta el momento”.
Cruz excelente ser humano mis respetos y la admiración de todo un pueblo