Como es sabido, el latín era el idioma de los antiguos romanos, cuyo nombre de esta lengua clásica se remonta a la región conocida como Lazio (Latium), donde se encuentra Roma.
A causa de la acelerada expansión del Imperio, el latín devino lengua oficial en buena parte de Europa y el norte de África, además del griego. A la caída del Imperio romano, sus dialectos se fragmentaron dando origen a las lenguas romances de hoy, como el español.
El latín es considerado uno de los sustratos culturales más importantes de la civilización occidental, conservado como lengua de cultura, y lejos de desaparecer o ser una lengua “muerta”, cobró vida en campos como la ciencia, la política y la religión, muestra de esa abundante herencia en el presente siglo.
Entonces, ¿qué se entiende por latinismo?, la reproducción de una estructura latina desde la fonética (ciertas combinaciones de fonemas), morfológica (los adverbios terminados en –mente), sintáctica (hipérbaton, paralelismos y antítesis de coordinadas) o léxica (palabras que conservan su forma latina en castellano).
La Nueva Ortografía del DRAE (2010), restablece en su forma gráfica la cursiva, para los latinismos, prescinde de las tildes y los asimila a extranjerismos crudos, excepto los incorporados al léxico de la lengua española como: estatus, quid, déficit, superávit, cuórum, réquiem… que se escribirán normal (en redonda, no cursiva) aplicando las reglas de acentuación castellanas.
Alrededor del 70% de las palabras del español proviene del latín, muchas de ellas hasta obtener las que conocemos y usamos hoy en la práctica hablada y escrita. Pero, muchas de esas palabras conservaron su forma original, habitualmente en contextos específicos como el lenguaje técnico y profesional, médico, de leyes, filosófico, literatura y otras ramas del conocimiento.
En este sentido, y ciñéndonos al nivel léxico de la lengua, hay que referirse a los cultismos (frigidum> frígido; integrum> íntegro; collocare> colocar), que son las palabras que conservan en gran medida la forma latina con sólo unas pocas adecuaciones al sistema fonético castellano, y pueden combinarse libremente con otras palabras.
Al hablar ya de locución, modo adverbial o frases latinas, la idea se encamina más hacia conjuntos de palabras y no de un elemento aislado. Son expresiones hechas o locuciones latinas con dos o más componentes, que funcionan y significan como un todo: sui generis: ‘a su modo o manera’; grosso modo: ‘a grandes rasgos’; curriculum vitae: ‘carrera de la vida’; ipso facto: ‘en el mismo momento’; honoris causa: ‘por causa de honor’, in memoriam: ‘en memoria’; in vitro: ‘en el vidrio’; modus operandi: ‘modo de obrar’; post data: ‘después de lo escrito’; sine qua non: ‘indispensable’, son sólo algunas de ellas.
En suma, más de un centenar de frases latinas se han aferrado al español y permanecen vigentes. Otras de las más populares: a priori, et caetera, a posteriori, alter ego, mea culpa… sin lugar a dudas vienen a enriquecer y embellecer nuestra lengua. Y gran número de frases famosísimas se atribuyen a renombrados personajes de la historia.
Frases latinas célebres:
Cogito ergo sum: ‘pienso luego existo’ (Descartes)
Veni, vidi, vici: ‘Vine, vi, vencí’ (Julio César)
Carpe diem: ‘Aprovecha el día’ (Horacio)
Tempus fugit: ‘el tiempo vuela’
Errare humanum est: ‘errar es de humanos’ (Cicerón)
Ars longa, vita brevis: ‘El arte es largo, la vida es corta’ (Hipócrates)
Cave canem: ‘Cuidado con el perro’ (inscripción en la ciudad Pompeya)
Requiescat in pace (R.I.P): ‘Descansa en paz’