El Teatro de los Sueños en que se había convertido la cancha de Grandes Alamedas, en Ceiba del Agua, Caimito, se transformó en el escenario de una auténtica pesadilla, donde los Gladiadores de Artemisa cayeron, por primera vez en más de una década, ante Cienfuegos, durante la segunda jornada de la 107 Liga Nacional de Fútbol.
Parecían muchachos de barrio que nunca jugaron juntos ni sabían qué hacer, descoordinados, apáticos, incapaces de ganar duelo alguno por el balón. Nunca recuperaban una pelota; las perdían todas. Así iba el mediocampo de hundido. Por supuesto, la defensa se lo sintió… y tampoco reaccionó; por eso los dos goles en contra apenas sorprendieron a quienes confiaban a ciegas en ellos.
Daniel Alejandro Fuentes, al minuto 30 y Reinier Cerdeira, al 34, solo confirmaron el desastre. Encima, los de casa tenían la pólvora mojada y no aprovecharon las escasas ocasiones cerca del área rival. Esta vez no los acompañaban ni ganas, ni coraje, ni fuerzas. No hubo posesión, desbordes ni regates.
Pero, en el entretiempo, sus entrenadores les zarandearon las emociones, los llamaron a no dejarse humillar en casa, donde antaño resultaban invencibles. Les recordaron el abecé del más universal de los deportes. Los convocaron a jugar con alegría en defensa de su orgullo de campeones.
Y salieron como los verdaderos Gladiadores que han sido siempre, a pelear cada balón, de modo que al fin encontraron premio en el minuto 63, con gol de Lázaro Noel Ramos, solo que el reloj ya conspiraba en contra. Ese fue el marcador final: 2-1.
En un torneo corto, de apenas siete jornadas y un finalista por grupo, el menor desliz puede dejarlos sin opciones. Su director Reinaldo “Bahía” Torres, no dudó en reprobar la actitud de los Gladiadores este miércoles.
“Ellos mismos se castigaron, debido a una serie de problemas. Son campeones nacionales; merecen más atención. Y la noche anterior no hubo hospedaje en el hotel; tuvieron que quedarse en el albergue de la Academia para este partido. La semana pasada, antes del juego del sábado, también se quedaron en el albergue porque no hubo transporte para llevarlos a Las Yagrumas.
“En la preparación del segundo tiempo, les dije: ‘se castigaron ustedes. Jugaron una pésima primera parte y ahora tienen que levantar’. Lo hicieron, pero no les alcanzó el tiempo para anotar los goles. Habían cedido 45 minutos incluso con el viento a favor.
“Cienfuegos es un equipo tocador de balón. No obstante, el partido se decidió por la actitud durante el primer tiempo. Y la batalla no la perdimos solo en el mediocampo, sino en el terreno completo, aunque, principalmente, entre el volante, el contención y los dos volantes laterales, debieron ganar el dominio en el centro, con actitud.
“A cualquier equipo desalentado, que no presente batalla, le resulta imposible triunfar. Y los entiendo: son campeones nacionales, e inicia un torneo de solo siete partidos, ¿por qué no garantizarles mejores condiciones a esos muchachos? No es lo mismo quedarse en un albergue que en un hotel. Lo que se les brinde es un reconocimiento a cuanto han logrado.
“Y esa falta de atención desmotiva. Ni el calentamiento sirvió. Entonces, Cienfuegos nos aprovechó. El próximo sábado debemos enfrentar a Matanzas allá, con un equipo como el que terminó el segundo tiempo. Imagino que esto les sirva de lección. Ahora todos los equipos se van a creer con posibilidades, porque no debimos siquiera empatar aquí, mucho menos perder.
“Además, hay varios jugadores lesionados. Pero tenemos confianza en que el equipo levante”.
Asimismo, el capitán Orlando Calvo aseguró que “vamos a trabajar unidos. La derrota nos duele, sobre todo en nuestro terreno, pero sabemos trabajar en equipo y reponernos de las caídas; lo demostramos en el Apertura del año anterior y en el Clausura, cuando fuimos campeones. Lo volveremos a demostrar.
“Necesitamos el apoyo de algunas instituciones. Mientras, nosotros lo vamos a dar todo, y esperamos que salgan los resultados a partir del sábado en Matanzas”.