¿Qué se siente al vivir en un municipio agrícola y tener que pagar los alimentos que salen de la tierra a precios exorbitantes? O peor, ¿al caminar todo el pueblo y ver los Mercados Agropecuarios Estatales (MAE), completamente cerrados, reducidas a cero las posibilidades de los consumidores con el bolsillo más apretado?
La respuesta, con múltiples argumentos, bien pueden darla los habitantes de San Antonio de los Baños, uno de los cuatro polos productivos de la provincia y entre los municipios de mayor complejidad para hacer cumplir lo establecido.
El domingo 29 de enero pude evidenciar la realidad que muchos ariguanabenses denuncian, desde hace algunos meses, a través de las redes sociales.
La historia se agravó a partir de noviembre de 2022, cuando el Gobernador, Ricardo Concepción, mediante las facultades que les son conferidas, aprobó un listado de precios máximos de acopio y venta, tanto mayorista como minorista, que regulaban el expendio en los MAE.
En la jornada del sábado 19 de noviembre los medios de comunicación se hicieron eco de las nuevas medidas, y el domingo 20, quien comenta estas líneas, pudo verificar cómo, todos los MAE, sin excepción, amanecieron con sus puertas cerradas.
Llegó diciembre y algunos fines de semana (incluidos los festivos), la venta se trasladó al nombrado Parque de la Iglesia, cuestión que también se disolvió en corto tiempo.
Para comentar acerca del tema no creo que alcancen estas líneas, pues el asunto ha sido ventilado, incluso, con autoridades de la Agricultura y del Gobierno, a diferentes instancias.
Horas antes de comenzar este texto, el perfil de Facebook de la comunicadora de la Asamblea Municipal del Poder Popular publicaba “RECLAMA TU DERECHO”, así, en mayúscula, como para dar fuerza a dos imágenes que resumían un listado de precios máximos que no se cumple.
¿A quién reclamo?, comentan algunos cibernautas, mientras otros son más directos y mencionan los precios abusivos que prevalecen en el Mercado 26 de Julio, y está quien considera que es hora de comenzar a retirar licencias de venta “porque esto se torna insoportable”.
Para bien, siete días después, justo el domingo 5 de febrero, la avenida 41 amaneció diferente: centros gastronómicos y comerciales inundaron la arteria principal, de principio a fin, con variedad de ofertas y precios, locales ambientados, productos agrícolas e industriales en abundancia y cotizados acorde al bolsillo de la mayoría, y una buena vibra que la gente agradece.
Las autoridades locales aseguran que será la dinámica de ahora en adelante, esperemos que así sea y que finalmente se llegue a la raíz del problema, para que el alimento no falte en la mesa a un precio justo.