Para ponerle acordes musicales al amor, para repletar Un montón de Estrellas con su armonía y sentimientos, Mayco D’Alma llegó una noche de Artemisa Mestiza y, a solo segundos, se adueñó de un público mayoritariamente joven, que coreó sus temas aun siendo estrenos de su más reciente producción.
Mayco se nombra el disco, con el sello de Bis Music y la producción de Emilio Vega, que promocionó en el salón principal de nuestra Casa de la Música.
Y ¿por qué así de simple? “Pues refiero un Mayco más maduro, más responsable, un Mayco papá. También es por Mayco Rodrigo, como mi hijo, motivación para seguir micrófono en mano, poniendo alma a mis presentaciones”.
Desde un niño hasta un anciano se siente identificado con la voz y manera de interpretar de este carismático jovencito, que entró al mundo de la música desde los 17 años (de la mano del cantautor Osmany Espinosa y como parte del grupo Mégano), y se hace habitual escuchar con letras dedicadas a la mujer, a la pareja, al amor y al desamor, al alma, tal como su apellido, pero sin chabacanerías.

En esa “moda” no entro…, dice a carcajadas.
“Pese a ser de Clave Cubana y no de la Egrem, la Casa de la Música de Artemisa siempre me ha recibido con los brazos abiertos, y el público de aquí es espectacular: me conquista, tiene esa vitalidad que un artista precisa para levantarse en el escenario, te da energías, y yo me nutro mucho de ellas para ponerle todo a cada entrega. Con Artemisa he hecho una hermandad, una familia.
“El público que asiste a los conciertos es extremadamente importante, lo mismo te sube que te baja. Los artemiseños son capaces de motivar muchísimo; por eso, como dice la canción, siempre que me llamen no me molesto”.
Entre tantas canciones que durante poco más o menos de dos horas mantuvieron apretados los corazones en Un montón de estrellas, Congelados, solo a piano, cautivó a muchos.
Interpretar la esencia de una pareja cuando el sentimiento se aleja, los labios se enfrían y la piel se serena aun en la misma cama, e interpretarlo con la pasión de un D’Alma, enamora y hasta te deja con ganas de volver a buscarlo en la cartelera de la Casa de la Música… o perpetuarlo en este Festival, que desde el verano de 2022 calificará a esta ciudad por siempre —y sin dudas— como Artemisa Mestiza.