María del Carmen de los Santos Iglesias movía el balón hacia donde el rival no imaginaba, y entorpecía sus intenciones de anotar. Ella controlaba el ritmo de los partidos. Era la voz del entrenador dentro de la cancha. Su vida ha sido el deporte, y con esa pasión también ha puesto a Artemisa en la historia del baloncesto cubano.
La campeona centroamericana, subtitular de las Universidades Mundiales en 1979 y quinto lugar olímpico, junto a otras glorias deportivas, engrandecen a la Villa Roja. Por eso el Festival de Tradiciones Artemisa Mestiza previó un momento especial para compartir con ellos en el Álbum Kafé Parque Central.
Más allá de lo competitivo, Artemisa ha disfrutado los diversos triunfos de estas grandes figuras, su ejemplo y legado de consagración.
La lista de nombres emociona: el tenista Francisco Acosta Rodríguez o Francisco Baldagi Izaguirre, primer negro artemiseño que jugó en el equipo de pelota de Artemisa, en 1957; el futbolista Roberto Naveira Milián, campeón centroamericano en Dominicana ’74, y el atleta Fernando González Castellanos, subcampeón paralímpico en Atenas.
Baldagi Izaguirre recordó que desde los diez años ya jugaba pelota, y tiempo después contribuyó a que su equipo fuera campeón nacional amateur.
“Estar aquí es una fiesta -expresó María del Carmen de los Santos Iglesias. Me siento muy honrada por participar en este gran Festival de Tradiciones… y ver lo grande que sigue siendo mi deporte”.