No solo Bahía Honda merece y precisa concluir el servicio de hospitalización del policlínico Manuel González Díaz, tal como sostenía en marzo último, desde estas mismas páginas. La provincia de Artemisa, y su más de medio millón de habitantes, no se perdonarían llegar al 9 de enero de 2026, con esta obra de casi dos décadas aún detenida en el tiempo.
¿Cómo explicar que otros sitios se hayan inaugurado y remodelado una y otra vez en el mismo territorio, a lo largo de 15 años, mientras esta obra, de tanta trascendencia para la salud de aquella noble comunidad, desconozca lo que representa cortar la cinta o pronunciar algún discurso enardecido?
En aquella ocasión confiábamos en que 2025 fuera definitorio, y así lo exigió Ricardo Concepción Rodríguez, el gobernador, en su más reciente recorrido por la instalación. Celebrar tres lustros de unidad geográfica y batallas comunes, también implica acelerar los detalles de terminación que empañan el sueño de la Batalla de Ideas.
Elio Martínez Fuentes, inversionista de la Dirección Municipal de Salud Pública, informó que ya finalizaron siete consultas médicas de guardia, la de urgencias y banco de sangre; entretanto, faltan pintura, herrajes y luminarias en la de Pediatría. Además, “gestionamos tres juegos de baño; llaves, conexiones y otros elementos de plomería. Asimismo, necesitamos diez puertas pequeñas para los transfer, para lo cual vale la colaboración de la Empresa de Producciones de Aluminio, conocida como Alutec, en San Antonio de los Baños”.
El inversionista asegura que la construcción de aceras, contenes y de la cerca perimetral ha complejizado la terminación del policlínico en la última etapa, debido a la escasez de cemento, (aunque esta semana recibieron unas 20 toneladas), bloques y acero.
Otro recurso esquivo lo constituyen los tornillos para enchapar con madera plástica el plomo que requiere la sala de Rayos X. “Adoptamos como alternativa contratar los servicios de una cooperativa local, con posibilidad de adquirirlos”.
Pintura, transformaciones en departamentos, hormigón para la cubierta y su futura impermeabilización, lámparas…, el Manuel González espera el “empujoncito” que bien conocemos los cubanos, porque aquí, incluso en los momentos más peliagudos, cuando se quiere, se puede.
Martínez Fuentes agregó que son más de 20 millones de pesos invertidos en este centro polifuncional, tan imprescindible, cuando la institución sanitaria de mayor proximidad, el Hospital General Comandante Pinares, se encuentra bien distante.
La brigada 1 de la Empresa Constructora Integral de la provincia, trabaja en cada objeto de obra. Queda esperar los resultados; el compromiso sigue siendo entregar a los artemiseños, un lugar her- moso y útil.



