Para cualquier estado, defenderse de una agresión a su soberanía; ya sea territorial, política, social, o económica; es vital. En el entorno de guerra constante que vive Cuba es imprescindible que se tomen medidas también para contrarrestar esta invasión que desde la plataforma digital El Toque se le hace a nuestro mercado financiero de cambio de divisas.
Entorno actual
En estos cinco años; fundamentalmente en los últimos tres de incremento acelerado de la inflación provocada, entre otros muchos factores, por la injerencia de El Toque en nuestro mercado financiero interno, han faltado acciones concretas que permitan conducir a la economía nacional hacia la estabilidad del mercado cambiario.
Operar durante tanto tiempo con dos tasas de cambio con dos fines diferentes: una para personas jurídicas a 1×24 para algunas operaciones mientras que a determinadas empresas se les aprueba el 1×120 para determinadas transacciones mientras que el CL (capacidad liquida) que se les entregaba ha perdido totalmente valor en el mercado, a la par que opera otra a 1×120 para personas naturales, ha traído consecuencias desastrosas para la microeconomía y la contabilidad.
Todo ello en un entorno donde las más de 10 mil Mipymes que operan hoy realizan sus transacciones en una tasa informal que durante más de un año y medio se ha movido entre 1×400-500 CUP. Con ello arrastran al comercio minorista y mayorista a estos precios condicionados por el valor de adquisición del dólar para las operaciones, ya sea de importación de mercancías o la compraventa en plaza.
La no definición de una tasa flotante desde el Banco Central de Cuba (BCC), para adquirir reservas comprando y para vender protegiendo esta con la consiguiente implicación del banco en el mercado monetario ha traído también problemas, toda vez que generar reservas a costa de un tipo de cambio más alto que el informal, es hacerlo a costa de la población trabajadora.
El riesgo de posponer indefinidamente rectificar el 1×24, es una trampa por la que ya pasamos. En la resolución económica del V Congreso decía claro que había que avanzar en mover el 1×1, pero parecía que nunca estaban creadas las condiciones. Al final se hizo en el peor momento.
No se puede creer que el tope de precios es la única salida a la inflación, cuando la historia de la economía ha demostrado totalmente lo contrario, porque solo se sale de la crisis produciendo más bienes y servicios. Sin embargo, los últimos años se han deprimido las inversiones en sectores claves que aseguran estas producciones como el sector alimentario y la producción agrícola, la industria manufacturera, la industria de materiales de la construcción, la industria química.
El mercado cambiario puede funcionar perfectamente sin necesidad de topar precios. Lo que presiona sobre el tipo de cambio, no es un mercado o producto específico, sino la oferta monetaria en su conjunto. La relación tasa-precios no se puede desconectar porque ambos elementos tienen una relación causal interactiva y prácticamente lineal.
Persiste la falta de confiabilidad en el sistema bancario, hoy se mueve más efectivo como lo hacían nuestros ancestros, debajo del colchón, que en las bóvedas del banco. Esto tiene sus causas en una bancarización llevada a efecto sin contar con todos los recursos tecnológicos necesarios, una crisis energética continuada y sin esperanza de solución en el corto o mediano plazo, que atenta contra el funcionamiento de las entidades bancarias.
La falta de liquidez en los bancos y las dificultades para extraer el efectivo por parte de los clientes. La no existencia de USD para entregar al cliente cuando este lo requiere de sus cuentas. Todo ello conduce también a una apertura a ese mercado informal del cual se ha apropiado El Toque para hacer y deshacer con su tasa impuesta para manipular financieramente la economía domestica.
Es importante reconocer que el mercado informal de divisas ya existe y opera de manera creciente, a pesar de las prohibiciones. Ignorarlo o declararle una «guerra» con medidas prohibitivas o de control de precios no ha funcionado, y seguirá siendo una fuente de distorsiones económicas. La clave no está en prohibir, sino en regular y aprovechar las capacidades del sector privado y las instaladas y subutilizadas en el sector estatal, para beneficio de la nación. El sector privado no es intrínsecamente adversario del socialismo. Si se regula adecuadamente, puede convertirse en un aliado estratégico para captar divisas y dinamizar la economía
Al sacar cuentas, nos percatamos de los impactos negativos que tienen hoy las tasas de Cambio en la economía:
- Impacto en los impuestos de las Formas de Gestión No Estatal (FGNE) por la tasa de cambio asumida.
- Impacto en los costos y gastos de las Empresas Estatales y la limitación de los ingresos, y su incidencia en la utilidad y el aporte al presupuesto
- Impacto en el proceso inversionista de todo el sector estatal, donde la ejecución física se realiza a través de FGNE, y cómo esto afecta el Presupuesto del Estado.
- Impacto en el costo de alimentos para el sector estatal en el presupuesto.
A ello se suma el rechazo que ha hecho la población a la dolarización parcial de la economía. La cual puede decirse que es un paso difícil, pero necesario para contribuir a la estabilización económica del país. Sin embargo, se corre el riesgo de que, por una mala comunicación con la población, esta medida provoque el rechazo de nuestro pueblo, lo cual refiere un costo político que hay que solventar.
¿Para qué se dolariza, para recaudar divisas o dinamizar la economía? Se supondría que se recauda divisas para dinamizar la economía, pero eso no es lo que se ha observado durante todos estos años en que aparecen las tiendas en MLC, primero, y ahora en USD, donde la población necesita adquirir esa moneda para acceder a insumos básicos, sin embargo no existe un mercado cambiario que se lo posibilite, adquiriendo bienes y servicios a precios de tasa informal del dólar (1×400-500) mientras los salarios y pensiones se mantienen como cuando la tarea ordenamiento, a la tasa de 1×24. Cálculos simples refieren que el precio de la canasta básica mínima para el cubano hoy está en el entorno de los 25 mil pesos por persona. Algo a lo que una parte importante de la población no le llega.
Entorno necesario
Para lograr enfrentar con claridad y oportunidad la invasión de “El Toque” o cualquier otra plataforma que pretenda manejar los hilos de nuestras finanzas, es imprescindible entender el momento en que estamos y con celeridad tomar medidas que contribuyan a ello. El Programa de Gobierno para erradicar distorsiones, recién publicado y en proceso de discusión durante noviembre y diciembre del año actual, puede contribuir. Sin embargo para el Mercado Cambiario en Cuba se requieren otras medidas en el corto plazo que, sin ellas, será muy difícil coadyuvar al éxito del Programa de Gobierno.
El pueblo necesita tener más información y capacitación, y necesita comprender el alcance real del programa de dolarización parcial de la economía (para muchos lo único que queda no dolarizado es el salario y las pensiones). Se requiere ganar en confianza con el banco, creer en el sistema bancario si queremos que retorne a sus bóvedas el efectivo que hoy circula en manos privadas y que contribuye al incremento de la inflación.
Concretamente en el entorno del Mercado Cambiario se requiere establecer un sistema de tasa de cambio único regulado desde el BCC, considerando la situación económica real y atemperada la tasa a la actualidad económica del país. Podría ser superior al 1×120, cercana al 1×400, pero definida desde la macroeconomía nacional y administrada por el banco. Lo que implicaría eliminar para todo tipo de operaciones las otras tasas de 1×120 y 1×24, llevando toda la economía a una sola tasa.
Instrumentar impuestos progresivos a las transacciones en divisas en el sector privado, incentivando la formalización. Regular los topes de precios de compra y venta de divisas para evitar encarecimiento desproporcionado de productos internos.
Implementar sistemas digitales para registrar todas las transacciones de divisas, facilitando la supervisión y reduciendo la evasión fiscal. Sancionar prácticas ilegales como el mercado negro y la especulación.
Lanzar campañas de educación para la población sobre el funcionamiento del mercado cambiario y los beneficios de operar dentro del marco legal.
Monitorear el impacto del mercado cambiario en la economía, especialmente en los precios internos, y ajustar las políticas según sea necesario.
Retomar la confianza en el sistema bancario, ello implica invertir en tecnología y lograr eficacia y eficiencia en el servicio.
Es imprescindible invertir nacionalmente en producción de bienes y servicios que satisfagan la demanda doméstica en moneda nacional y logren incrementar rubros exportables. Sin exportaciones no hay posibilidad e ingresar dólares a la economía y nuestros bancos. Porque, para poder tener dólares en Cadeca, para que funcione el mercado cambiario, es necesario adquirir esos dólares mediante las exportaciones.
Establecer mecanismos que permitan estimular la recaudación de las remesas por el BCC. Hoy más del 50-60 por ciento (%) de la remesa que entra al país se mueve en el mercado especulativo ilegal y no va a las cuentas del Banco. En momentos en que, por la migración de casi 2 millones de cubanos los últimos tres o cuatro años, la entrada de remesas al país es superior al año 2019.
Fortalecer la gestión y darle autonomía a la empresa estatal socialista para que pueda, desde sus ingresos por operaciones, ser sustentable. Hay empresas que hoy ingresas divisas sin embargo no las pueden usar aportándolas todas a la caja central, ese es un mecanismo que debe reformarse, permitiéndole a esas empresas abrir cuentas en USD u otra moneda según su rango de operaciones, aplicándoles para ese ingreso un impuesto o aporte entre el 50 y el 60 %, pero permitiéndosele con el resto desarrollarse y dejar de ser una carga para el Estado. Esto estimularía aún más las producciones para la exportación.
El entorno es agresivo, pero urge la decisión sobre la tasa de cambio y le reforma del mercado cambiario en Cuba. De no hacerlo seguiremos a expensas de la irrupción de agentes externos con fines de desestabilización en nuestro mercado financiero interno. El problema central no es solo la tasa de cambio, sino cómo hacer que una nueva tasa sea sostenible sin generar inflación descontrolada o colapsar los salarios. Se necesita una estrategia integral que combine ajuste cambiario con estabilidad macroeconómica, incentivos productivos y un sistema financiero funcional.


