Sí, el artemiseño Noslen Díaz y el villaclareño Jorge Luis Alayo están entre la élite del voleibol de playa, no solo lo dice el noveno lugar de la dupla cubana en el Campeonato Mundial Adelaide 2025 y el décimo en el ranking del orbe. Lo demuestran sus victorias ante otros grandes.
En la cita australiana, mejoraron su ubicación con respecto a ediciones anteriores (cuando terminaron en el escaño 17). Además, llegaron a las puertas de los ocho pri- meros, tras comandar invictos la llave F.
Hilvanaron éxitos ante los benineses Cédric Dao y Princel Tohouegnon (21-11 y 21-6), los neozelandeses Bradley Fuller y Ben O’Dea (21-16 y 21-10) y los portugue- ses Joao Pedrosa y Hugo Campos (17-21, 21-15 y 15-12).
A continuación, rindieron al binomio estadouni- dense de Andrew Benesh y Miles Partain, con parciales de 21-18, 19-21 y 15-12, para avanzar a octavos de final. Justo en esa instancia, fueron superados por otros nor- teños, Chaim Schalk y James Shaw, por un disputado 2-0 (21-19, 22-20).
Quien no siga este deporte, pudiera quedar decepcionado con su reciente actuación. Por
supuesto, todos queríamos más, sobre todo esos muchachos, tan cerca ya de la medalla añorada.
Pero entre la élite existe una considerable paridad: en los octavos igualmente dijeron adiós los cataríes Cherif Younousse-Ahmed Tijan (sextos en el listado universal) y los noruegos
Anders Mol-Christian Sorum (líderes indiscu- tibles del ranking).
Luego, en cuartos, cayeron los propios Schalk-Shaw (ante los suecos Hölting Nilsson-Elmer Andersson), junto a los brasileños Evandro y Arthur Lanci y los checos Ond ej Peruši y David Schweiner, los campeones del mundo pre- cisamentehastaestedomingo.
Finalmente, fueron los suecos David Åhman y Jonatan Hellvig (aquellos que se interpusieron en el sueño olímpico de Noslen y Jorge Luis, y triunfaron en París 2024) quienes se ciñeranlacoronaen Adelaide.
De modo que, una vez más, se evidenció el potencial competitivo de los caribeños. Ellos han probado talento en eventos de rigor. ¿Qué les falta, entonces? Sin descono- cer que han intervenido en torneos internacionales como nunca antes, resulta preciso acudir con mayor regularidad a eventos de alto nivel. Quizás ese mes y medio en Cuba, sin competir, leshayacondenado.
Para nadie es un secreto lo determinante del ritmo de juego. Suecos, noruegos y demás miembros de la élite com- piten prácticamente sin descanso: se elevan sobre la net cada finde semana enelcircuito; la granmayoría nocesóde disputar torneos antes de la cita en Australia, lo cual marca diferencias en momentos decisivos.
Nada puede opacar la gran temporada de la dupla cubana. Seguiránilusionándonos yelgransalto…¡llegará!

