Ni las presiones, ni las maniobras engañosas del imperio, ni la toxicidad de las plataformas digitales y medios oligárquicos lograron opacar la fuerza de la verdad de Cuba, respaldada este miércoles en la ONU por 167 países que exigieron el cese inmediato y definitivo del bloqueo económico, financiero y comercial impuesto por Estados Unidos contra nuestro país.
Por trigésima tercera vez consecutiva, la dignidad cubana triunfó en el plenario de la Asamblea General de Naciones Unidas, mientras la soledad se apoderó del escaño de la delegación estadounidense, atrapada en su propio laberinto de falacias y contradicciones.
En la presentación del Proyecto de Resolución A/80/L.X, titulado “Necesidad de poner fin al bloqueo económico, comercial y financiero impuesto por los Estados Unidos de América contra Cuba”, el Ministro de Relaciones Exteriores Bruno Rodríguez denunció el discurso infame, amenazador, arrogante, mentiroso y cínico del nuevo Representante Permanente de los Estados Unidos, así como el brutal e inédito despliegue de presiones, coerción y artimañas del Departamento de Estado para forzar a naciones soberanas a que cambien su voto sobre la resolución contra el bloqueo.
Ilustró mediante ejemplos los daños del bloqueo que sólo entre el 1º de marzo de 2024 y el 28 de febrero pasado causó a Cuba unos 7 mil 556,1 millones de dólares en daños y perjuicios materiales. “Es un impacto similar al Producto Interno Bruto nominal de al menos 30 países, de los que están aquí representados según datos del Banco Mundial”.
La jornada de Cuba este miércoles en Naciones Unidas demostró que la política de bloqueo sí existe, que el mundo la rechaza y que, como reafirmó el canciller Bruno Rodríguez “Cuba no se rendirá”, persistirá en denunciar la infamia y el atropello, y ejercer con determinación el derecho a decidir su destino.
 
	    	



