Con acumulados de lluvia por debajo de sus valores medios históricos, los municipios de San Antonio, Bauta y Guanajay, en la provincia de Artemisa, reportan el 100 por ciento (%) de sus áreas afectadas con sequía, de moderada a extrema, en el trimestre junio – agosto de 2025, según aviso emitido por los Centros del Clima y de Meteorología Agrícola y el Instituto de Meteorología.
De los 168 municipios del país, las tres localidades artemiseñas están dentro de las 24 que presentan esta condición extrema, a las que se suman otras pertenecientes a los territorios de Pinar del Río, Mayabeque, La Habana, Matanzas, Cienfuegos, Holguín y Granma.
Asimismo, en la joven provincia occidental, el total de lluvia caída no logró satisfacer los requerimientos hídricos de los cultivos. Reiniel Vallester Cruzata, Máster en Ciencias Agroecológicas y Agricultura Sostenible, sostuvo que en los meses lluviosos del actual año, se han visto cambios erráticos en los parámetros de precipitaciones bien definidos: escasas lluvias que se combinan con aislados torrenciales perjudiciales para la agricultura, porque contribuyen a la degradación de los suelos.
“Estas lluvias, por lo general llegan acompañadas de fuertes vientos o turbulencias que forman las conocidas tormentas locales severas, con bastante frecuencia en la última etapa, que lejos de ser una bendición para la agricultura, terminan perjudicando los cultivos de plátano, frutales, maíz, entre otros.”
A estas tormentas le suceden días prolongados de sequía que colocan a los cultivos en una situación de estrés. Por lo general han escaseado las lluvias persistentes y moderadas, fundamentales para el desarrollo favorable de las plantaciones, añadió el ingeniero.
“Por tal motivo, bajo estas condiciones abogamos por la conservación de los suelos, el laboreo mínimo, tener bien estructurados los cronogramas de siembra, colocarle forraje a los cultivos para que permanezca la humedad y se conserve más en el suelo la poca agua que cae.
“En estas situaciones es viable utilizar nuevas variedades de plátano, maíz… que son más tolerantes al estrés hídrico. También hay que potenciar entre los productores el uso del riego eficiente, que optimice el uso del agua.
El riego por aniego supone un desperdicio del agua que no estamos en condiciones de asumir, en primer lugar, por la crisis energética que atraviesa el país, refirió Vallester Cruzata.
Por eso defendemos un cambio de matriz energética en el sector agrícola, en la provincia ya existen varias estaciones de bombeo con paneles solares. En Alquízar, una de las más grandes pertenece a la Mipyme estatal IAgrop: una bomba de cuatro pulgadas que vierte 15 litros por segundo, donada por la agencia internacional de JICA.
“Nuestra agricultura tiene que defender este tipo de tecnología para poder regar y alcanzar la sostenibilidad alimentaria a la que aspiramos, en un contexto marcado por el impacto negativo del cambio climático y la crisis energética”.