El fomento de la ganadería, una de las principales tradiciones productivas en Mariel, centra por estos días la atención de sus autoridades. Desde la visita de Inés María Chapman Waugh, vice primera ministra de la República, en febrero de 2025, se anunciaba la aprobación de dos Proyectos de Desarrollo Local (PDL) vinculados a la producción de carnes, mediante el fomento de la masa de ganado bufalino y vacuno.
Seis meses después, un equipo de este semanario toma el pulso a la iniciativa en el municipio costero, con casi 45 000 habitantes. Para eso dialogamos con Joel Monteserín Díaz, director adjunto de la Empresa Agroindustrial Mariel, creada en 2024, a partir de la decisión gubernamental de integrar estas estructuras a los consejos de administración municipales.
De acuerdo con Monteserín Díaz, se decidió destinar 20 millones a la cría de búfalos y otros 25 al fomento del ganado vacuno. “Pero hasta la fecha se aprobaron 18 millones entre ambos, los cuales no se han ejecutado en busca de proveedores para adquirir animales y emprender la reparación de nuestras vaquerías, la mayoría carentes de cubierta”.
La dirección de la entidad se encarga de la contratación de fuerza de trabajo para reparar las vaquerías con el concurso de la Empresa de Mantenimiento a Centrales Eléctricas (EMCE), y gestionan la compra de medio centenar de toros, toretes, terneros…, con los cuales pretenden activar la vaquería 7, en modalidad de colectivo laboral, lo cual implicaría mayor incentivo salarial, en comparación con el sueldo actual de apenas 3 000 pesos.

Pese a la morosidad en la ejecución del financiamiento, Monteserín Díaz asegura que han tomado decisiones en función de reordenar el ganado para su mayor protección, de modo que reabrieron la vaquería número 4 con vacas de ordeño, donde se obtienen más de 70 litros diarios para el consumo de los niños. La Empresa Agroindustrial Mariel atiende nueve formas productivas y unos 320 campesinos, dedicados a ganadería y cultivos varios. Además, cuenta con cuatro Unidades Empresariales de Base (UEB), dos de ellas ganaderas en Santo Tomás y Guajaibón; la primera destinada solo a los búfalos, mientras en la segunda también crían vacunos.
En Mariel el plan del año de entrega de leche y carne asciende a 552 000 litros y 30, 7 toneladas, respectivamente, estas últimas contratadas en su totalidad con la industria y el balance nacional.
Gran empeño en pocas manos
Siete trabajadores en la vaquería 4 se las ingenian para atender a más de 100 animales, afirma Lázaro Iván Rivera Hernández, director de la UEB Guajaibón. En este establecimiento típico, creado por la Revolución con tres naves y capacidad para 120 animales, el ciclón Rafael arrasó con la cubierta.
“Mediante el PDL será posible volver a colocarle el techo, lo cual garantizaría mejores condiciones a la masa, (hasta la fecha ha sido escaso el hurto y sacrificio en la empresa). El ganado se mantiene en pastoreo semiextensivo desde las primeras horas de la mañana, pues tenemos acuartonamiento, y el ordeño es manual, de ahí la necesidad de ponerle mucho amor a cada minuto”, explicó Rivera Hernández.
Al indagar por las alternativas de alimentación, el directivo acotó que la complementan con pasto mulato, king grass y excedentes de cosechas, como el caso del maíz obtenido en el autoconsumo. Los ganaderos marieleños también se ocupan de la siembra de viandas y granos en sus tierras y acarrean leña para el hospital, escuelas, panaderías, entre otros centros.
Una brigada agrícola de la UEB apoya la siembra, el cercado y todas las actividades que demanden los autoconsumos.
Asimismo, Monteserín Díaz se refirió al encadenamiento con las dos pizzerías del municipio, a las que venden queso rústico de búfala. “Vamos a presentar un proyecto de minindustria que cierre el ciclo productivo. Con estos y otros emprendimientos nos proponemos insertarnos en la Zona Especial de Desarrollo Mariel”.
Con un esquema de puras ganancias para ganaderos, trabajadores agrícolas y población, no ha de faltar agilidad en la búsqueda de soluciones. El dinero, quizás lo más difícil, es una realidad. Resta reanimar las instalaciones, traer los animales esperados, para que Mariel pueda presumir entonces de una bonanza agrícola esquiva hasta el momento.
