No basta con nuevos parques fotovoltaicos. Aunque Cuba emprende una transición energética hacia las fuentes renovables, a la vez procura modernizar y recuperar la infraestructura instalada. A tono con ese empeño, Artemisa persiste en equilibrar la carga y mejorar el servicio.
“La provincia tiene una infraestructura eléctrica no acorde con la demanda: la potencia instalada en las subestaciones queda por debajo; un gran número de sus transformadores están sobrecargados”, explica Edelfín Falcón Guerra, director técnico de la Empresa Eléctrica.
El ingeniero señala que, según su nivel de voltaje, el territorio dispone de siete subestaciones de transmisión y 84 de subtransmisión.
“De las primeras, hay una en el municipio cabecera; otra en Zayas, Mariel; Ariguanabo, en Cayo la Rosa, Bauta; otra en Bahía Honda; una más en Mango Jobo, San Cristóbal; y dos en la Zona Especial de Desarrollo Mariel.
“Tanto la de Zayas como las de Ariguanabo y San Cristóbal, enfrentan déficit en la capacidad instalada.
“La que está ubicada en el poblado marieleño utilizaba dos transformadores, cada uno de 25 MW de potencia. En 2024 sufrió una avería de grandes proporciones; un incendio sacó de servicio a uno de ellos”.
Entonces, se está acometiendo una inversión para restablecer ese transformador.
“Por supuesto, implica una obra civil, importar el transformador, sustituir o instalar toda la parte primaria, desde interruptores hasta pararrayos cuantos elementos periféricos requiera, e igual en los paneles de corriente directa que controlan la operación de ese equipo.
“Con este trabajo la subestación podrá recuperar los anteriores 50 MW de potencia, con lo cual cubría la demanda, al tener muy cerca dos subestaciones en la ZEDM que no están a plena capacidad”.
Falcón Guerra revela que Ariguanabo también cuenta con un transformador de 25 MW sobrecargado, por lo cual los clientes a quienes debe alimentar ese dispositivo a veces se transfieren a otras subestaciones, ya sea al Rincón, Santa Fe o San Agustín.
“Pero hay momentos como los picos en que esas subestaciones no admiten semejante carga… y hay que retirar el servicio, no por déficit de generación sino por sobrecarga.
“La respuesta consiste en que vamos a instalar un segundo transformador de 25 MW, acompañado por elementos a la par de costosos, como interruptores, transformadores de potencia, pararrayos y equipos que controlan la operación de ese dispositivo, la tensión, la frecuencia…”
Una de las obras la asume la Empresa Constructora Mariel (ECM), mientras de Ariguanabo se encarga la Eciart. Ambas entrañan inversiones millonarias en equipamiento.
“No es suficiente; sin embargo, nos deja en mejores condiciones para la operación del sistema eléctrico en la provincia”, asegura.
Mucho trabajo por delante
El director técnico de la Empresa Eléctrica Artemisa alude a las subestaciones de distribución, igualmente afectadas.
“A otro nivel de voltaje tenemos estas subestaciones: de las 84, más de 20 están sobrecargadas. Hay un programa para resolver progresivamente tal situación; actualmente, ya trabajamos en cuatro.
“La de Circunvalación, en San Antonio de los Baños, tenía un transformador de 4 MW, y le instalamos uno de 6,3. La de Vereda cuenta con uno de 2,5 MW, y debemos instalarle uno de 4; usaremos uno que se retiró de una subestación y se le está dando mantenimiento.
“En la de Güira de Melena hay un transformador de 6,3 MW. Como de ese tipo no se fabrican de mayor capacidad, lo que haremos será un acomodo de carga con otra subestación próxima: se van a traspasar clientes para la de Fábrica de Carretas, a fin de compensar la carga de ambas. Conlleva un trabajo de adecuación de las redes exteriores, de los circuitos primarios, y en eso estamos.
“Y la cuarta es la subestación que vamos a montar en la ciudad capital, cerca de la instalación de Radio Cuba. Ya está hecho un movimiento de tierra inicial. Allí instalaremos el transformador de 2,5 MW de Vereda.
“Pretendemos dividir la carga del circuito A1270, el cual abarca gran parte del casco urbano. Su transformador de 6,3 MW está sobrecargado y, durante varios picos, hay que retirar carga de forma intempestiva y afectar a los clientes para no dañar el equipo”.
Así que los trabajadores del sector eléctrico en el territorio tienen brega por delante.
Una brigada perteneciente a una Mipyme acomete la obra civil en la subestación de Zayas. Levantan unas paredes que se derrumbaron. Adrián Domínguez Suárez lo ve como su contribución a que se genere más corriente.
“Ese muro nunca tuvo dados; ahora tiene diez, a uno por uno, con uno de profundidad y a cuatro metros de separación, más las cabillas de cinco octavos. ¡Eso no lo arranca ni el ciclón Flora!”.
Luis Javier Arteaga, operador de la propia subestación de 110 kv, elogia la labor de esa brigada en el muro perimetral. Informa que, además, se está haciendo la base del transformador T2, y muestra los modernos equipos del panel de control.
Sin dudas, queda mucho trabajo por hacer en la provincia, y requerirá montos abundantes no disponibles aún. Mas, lo cierto es que estas inversiones no solo aportarán luz al futuro de Artemisa, sino también al presente.


