Desde el año 2000 se celebra el Día Mundial del Corazón cada 29 de septiembre, efeméride promovida por la Federación Mundial del Corazón (WHF) por sus siglas en inglés.
El objetivo es sensibilizar sobre la creciente incidencia de las enfermedades cardiovasculares. Este es un buen motivo para pensar y actuar sobre los factores de riesgo asociados, amenaza para la salud del corazón.
La hipertensión, el colesterol alto, el consumo de cigarro y tabaco, la ingestión de alcohol, la escasa alimentación con frutas y verduras y la obesidad, entre otros estilos de vida, nos hacen vulnerables.
No es suficiente reflexionar al respecto, la prevención y control de las patologías del corazón a través de una conducta adecuada e intervenciones poblacionales efectivas, son maneras de cuidar la vida y el bienestar.
El sistema de salud cubano, que tiene como base a la atención primaria, promueve la cultura de la prevención y ha brindado conocimientos y herramientas para tomar decisiones favorables.
Las enfermedades cardiovasculares constituyen la primera causa de muerte en Cuba y en el mundo, una alerta para que pongamos en valor la pertinencia de establecer hábitos sanos con ciencia y conciencia.
Realizar controles periódicos, pesquisas de factores de riesgo a la población, promover un peso corporal adecuado, garantizar tratamientos farmacológicos y no farmacológicos a los pacientes, son medidas que no siempre se cumplen en la actualidad.
Algunas acciones preventivas o de control, dependen solo de nuestra voluntad, entre ellas: la práctica de ejercicios físicos, la cultura alimentaria, el abandono de los hábitos tóxicos como el alcoholismo y el tabaquismo y auxiliarse de la atención médica especializada.
Otras, precisan de recursos como medios diagnóstico, medicamentos, materias primas, insumos e infraestructura; que en medio de la crisis económica ya no están del todo accesibles. El estrés cotidiano también atenta contra la protección al sistema cardiovascular y la salud, en general.
Tradicionalmente, la atención a los problemas cardiovasculares ha sido una prioridad, siempre objeto de la voluntad política del Estado. Existen en el país programas y subprogramas nacionales de Salud Pública encaminados a prevenir y manejar enfermedades del corazón y sus factores de riesgo, que incluyen la detección precoz de anomalías congénitas cardiovasculares y hasta prenatales. Las escaseces comprometen hoy estos resultados, con el bloqueo económico como causa mayor; no la única.
Celebrar el 29 de septiembre como el Día Mundial del Corazón, no alcanza, aunque motiva a una vida con mayor sentido. Las actividades típicas de esta jornada en el mundo, incluyen carreras, eventos deportivos, teatro, danza, ciclismo en espacios públicos, escuelas y hospitales, así como eventos musicales y de baile.
Cada año promueve un tema general o específico relacionado con las mujeres, la juventud, el peso corporal, el trabajo, la responsabilidad individual sobre la salud, el consumo de sal, los entornos, entro muchos otros.
Los infartos de miocardio y los accidentes cerebro vasculares se cobran más de 17 millones de vidas al año en el mundo. Y se estima que la cifra ascenderá a 23 millones para el año 2030. Pero podemos hacer un cambio positivo y cuidar nuestro corazón y el de nuestros seres queridos. Conocer los riesgos y evitarlos puede salvar, salvarte, salvarnos.