El béisbol corre por las venas de todo cubano. Desde pequeños, nuestros padres nos inculcan el amor por ese deporte y sus principales jugadores. Muchos de nuestros grandes peloteros llegaron por casualidad a un estadio; después de conocer los secretos del pasatiempo nacional, representaron a Cuba y fueron estrellas.
También un día cualquiera de verano, marcó la historia de Xavier García Verdecia. Su papá, Osmel, lo llevó desde la finca San Pedro hasta el estadio Julio Pérez, a ver un juego entre los equipos de San Antonio de los Baños y Bauta. El niño se motivó y comenzó a practicar.
Lo recibió el profesor y gloria deportiva Reinaldo Castro Palomino. Sin saberlo tejía su propia historia.
Durante dos semanas se esforzó al máximo y descolló entre los infantes de la categoría 7-8 años. Luego llegó la Covid 19 y no pudo acudir más al diamante. Sin embargo, Osmel sabía que su hijo tenía herramientas para triunfar, y no lo abandonó.
Entrenaban juntos todas las tardes en un terrenito cerca de casa, para no perder la forma deportiva. Tras la pandemia, Xavier regresó y formó parte de los elencos ariguanabenses de las categorías 9-10 y 11-12 años.
Ese “chamaquito”, como le llaman algunos, sentó cátedra y tuvo el privilegio de ser el único artemiseño en representar a Cuba en el recién finalizado Campeonato Mundial, categoría sub 12 años, disputado en Taipei de China.
“Lo recordaré siempre. Tuve la dicha de darle a Cuba la primera victoria después de tres derrotas. Le lancé a Alemania cinco entradas sin permitir carreras. Logré cinco ponches, di un boleto y un pelotazo. No es lo mismo picharle a los alemanes que a Taipei, pero al fin y al cabo fue la primera victoria del equipo, y eso me hizo muy feliz”.
En su trabajo monticular en tierras asiáticas, se apoyó en la recta rápida. Se dio cuenta de que sus rivales no tenían la picardía ni la calidad de los anfitriones, a quienes ya les había lanzado tres entradas; por eso los cruzó con rectas, aunque también utilizó cambios.
Habilidades para el fildeo, potencia en el brazo, inteligencia a la hora de lanzar y rapidez en el corrido de las bases, resaltan entre las cualidades de este peloterito. Le abrieron las puertas del equipo Cuba. Yosbel Fuentes, entrenador principal de Xavier en San Antonio, lo guio hasta vestir con las cuatro gloriosas letras.
Tuvo antes un excelente campeonato provincial de las Pequeñas Ligas. Y en la zona occidental contribuyó a que el equipo se incluyera en la final nacional.
Como todo niño que juega al béisbol, Xavier tiene sus ídolos: se inspira mucho en Yunieski Garcia Viera. Cuando va al montículo, trata de hacer un picheo similar. Mezcla los lanzamientos para confundir al contrario.
Al campo, su referencia en la defensa de la segunda base es Dayan García Ortega. Se fija en la manera de jugar de “La Magia” y la seguridad al fildear para hacer doble play.
Pero no olvida agradecer a otros héroes: sus padres Yanelis y Osmel, el profesor Yosbel Fuentes “Chachita”, la Dirección del Inder y el pueblo de San Antonio de los Baños, “que siempre han estado al tanto de mis resultados”.