Unos días antes, el 2 de agosto, pasaría como un sábado más. Sin embargo, una idea, un grupo de WhatsApp, y el enlace eterno de una etapa de la vida con las siglas UJC tatuadas en la memoria, motivaron la jornada.
De uno en uno creció el grupo de quienes por los años 2000, poco antes y también después, fuimos plantilla en el Comité Municipal de la Juventud de Artemisa, donde tanto como cumplir una tarea, compartimos el sentir de una generación.
Los de entonces, teníamos tantos retos como los de hoy, y siempre se impuso el amor por Cuba, los deseos de no quedarnos inmóviles, de ser y hacer, la fidelidad. Entre una y otra foto con canas, arrugas, achaques, con familia, hijos, hasta nietos y padres más longevos, quienes éramos tan jóvenes, compartíamos experiencias de cómo pasamos trabajo del bueno, y fuimos albañiles, macheteros, maestros… de la Batalla de Ideas liderada por Fidel.
La creación de los Joven Club, de las salas de video, la formación de trabajadores sociales, las tribunas abiertas, la Operación Milagro, la universalización, los instructores de arte y maestros emergentes… estuvieron en los hombros de quienes pedaleaban llanos y montañas, también en busca de militantes pendientes a ubicar, actas de los comités de base, cotización mensual y valijas para los macheteros.
A la casa -aún azul- en la calle 38 esquina a 35 en la ciudad cabecera, fuimos al primer abrazo, la primera foto colectiva, las palabas de bienvenida, con Silvio Rodríguez de fondo, tal como en aquellos años, pero esta vez desde un vehículo que simulaba una tribuna.
Yo quiero seguir jugando a lo perdido,
yo quiero ser a la zurda más que diestro.
Yo quiero hacer un congreso del unido
Yo quiero rezar a fondo un «hijo nuestro».
Dirán que pasó de moda la locura,
dirán que la gente es mala y no merece,
más yo seguiré soñando travesuras
(acaso multiplicar panes y peces).
Podría contar más, más. Cada quien actualizó qué y desde dónde, aportan a la misma Revolución de los 2000. Unos intentan hacer mejor el pan de cada día, otros siembran tanto boniato como peces en lagunas artificiales. Hay quien se impone en la Empresa Eléctrica, Farmacia y Óptica, en Medicina Deportiva, la Fábrica de tabacos, Ciencias Médicas y hasta frente a un pizarrón.
También los hay fuera de Cuba, pero amando a este país como a sí mismos, y a aquel tiempo como a ninguno. Otros dan lo mejor de sí en Cupet, el Partido, Propaganda, o son trabajadores por cuenta propia, amas de casa, trabajan en Materias Primas, el Gobierno, el Inder, incluso, hay quien se dedica a escribir líneas en blanco y negro.
Fue una cita de antiguos dirigentes y trabajadores. Al inicio Juventud 2000, pero por razones suficientes somos los agradecidos. Sí, a la UJC le dimos los mejores años, y muchos salieron universitarios, enamorados, amigos para la vida, mejores seres humanos y con valores demostrados.
La iniciativa no es única, y comparte como otras el imperativo de convertir en regla lo excepcional. A quienes nos antecedieron, le debemos parte del camino.
¿Sabrán los colectivos laborales cuánto aporta sentarse codo a codo con generaciones anteriores? Ese es un paso atrás, necesario para coger impulso.
Este 2 de agosto cerca del Día Internacional de la Juventud y el natalicio 99 del Comandante en Jefe, como en cualquier jornada, se fue la electricidad y el transporte público estuvo fatal, pero el estrés diario se detuvo.
El ducentésimo decimocuarto día en el calendario, a solo 151 para finalizar el año, Los agradecidos, quienes éramos tan jóvenes, volvimos a los años mozos, que tal como en estos, lo que nos puede faltar, es serle fiel a la ternura.
Yo no sé lo que es el destino,
caminando fui lo que fui.
Allá Dios, que será divino
Yo me muero como viví.
Silvio Rodríguez