Aunque Artemisa tenga en sí la convicción de que siempre es 26, aunque el Mausoleo a sus Mártires sea el sitio más solemne, y el barrio de La Matilde el de mayor cantidad de moncadistas de toda Cuba, ser la sede trae tanto de trabajo, de compromiso, como de orgullos.
Hoy vimos a un pueblo, el de Caimito, levantar al sol antes del amanecer, y ocupar su asiento en una plaza innovada, contigua a los elevados, para celebrar el aniversario 72 de una gesta que marcó el camino hacia el triunfo de 1959, el asalto a los cuarteles Moncada Y Carlos Manuel de Céspedes.
Vimos a unos cinco mil artemiseños reunidos y a la bandera cubana ondear de mano en mano, como para advertir el inicio de la celebración, pero sobre todo el orgullo no impidió emociones al ver el andar apresurado y el saludo afectuoso del Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, quien sumó aplausos sostenidos y tras ellos, las notas del himno nacional.
En la epopeya del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes, junto a Santiago de Cuba y Bayamo, aparece el nombre de Artemisa, desde donde salieron a combatir más jóvenes que de cualquier otro lugar de Cuba, y entre ellos Ramiro, el hijo de Ofelia, el penúltimo de sus otros cuatro hermanos, el fiel amigo de Ciro Redondo, Julito Díaz, Rigoberto Corcho…
A él, y a sus compañeros, que tal como sentenciara Fidel Castro, “no están olvidados ni muertos”, dedicaron una gala político cultural con talento artemiseño, en su mayoría, en presencia de la Brigada Latinoamericana y Caribeña de Trabajo Voluntario y Solidaridad con Cuba, con amigos de 11 países que cumplen su programa de actividades en el caimitense Campamento Internacional Julio Antonio Mella.
Gladys Martínez Verdecia, miembro del buró político como Ramiro Valdés, y secretaria del Partido en Artemisa, reconoció los esfuerzos del pueblo por no detenerse, sortear dificultades y marchar unidos, entre tanto, recordaba que es la única manera fiel de revivir al líder del Moncada, Fidel, en sus 100 años este 2026, tal como esa generación no dejó morir al Apóstol en su centenario.
De manos de Ramiro y de Martínez Verdecia, Caimito fue reconocido por sus resultados, sobre todo los relacionados con la mortalidad infantil y materna en cero, y el de ser de los municipios sin déficit presupuestario, con utilidades superiores a igual etapa de 2024, ventas totales sobrecumplidas al 71.4 por ciento y la circulación mercantil en un 16.6 por ciento.
El moncadista, de 93 años cumplidos, quien fuera vecino también del barrio de La Matilde, con sus dos medallas de héroe: de la República y del Trabajo, al término del acto fue hasta los más pequeños con su modesto saludo, quizás reivindicando su frase de que “la Revolución es un relevo de generaciones”, entonces ese fue el regalo mayor de este 26 de julio en Caimito, Artemisa.







