¿Sabía que la voz influencer es un anglicismo usado en referencia a una persona con capacidad para influir sobre otras, principalmente a través de las redes sociales? ¿Sabía que existen los influencers?
Son individuos que cuentan con una audiencia leal y comprometida, que se han convertido en líderes digitales y conquistado las redes sociales. Además, generalmente tienen credibilidad sobre algún tema en concreto.
La influencia que pueden llegar a ejercer, se basa en su autoridad, conocimiento y posición. Cuentan con un número importante de admiradores que les siguen y a quienes motivan gracias a la relación que hayan podido construir con estos a lo largo del tiempo.
En ocasiones, solemos confundir influencer con creador de contenido. Sin embargo, existe una fina línea que separa estos dos términos, y es que no todos los creadores logran influenciar en su comunidad digital.
Para muchos, lo que comenzó como un modo de entretenimiento, se ha convertido en el trabajo diario y monetizan por eso. En Cuba, aunque resulta complicado este proceso de monetización, también ocurre.
¿Pero todas las experiencias con estos “líderes digitales” son positivas? ¿Siempre ejercen una buena influencia, sobre todo en la juventud?
Si bien muchos utilizan las redes sociales como una vía para realizar donaciones a necesitados, adopciones de animales, activismo sobre feminismo, y muchísimos temas más, también existen los malintencionados que viralizan contenidos sensibles que, incluso, llegan a afectar la estabilidad emocional de varios de sus seguidores, sin estos darse cuenta.
En los últimos años, sobre todo luego de la Covid-19, se han hecho muy frecuentes las cuentas como @cubacringe y @elchicle, solo por mencionar algunas, que su principal contenido es denigrar a las personas que están detrás de diferentes cuentas.
Van desde publicar videos burlándose, da igual la situación que se presente en ellos, hasta llegar a un funeral, molestar a los dolientes, hacer videos y socializarlos, sin importarles las consecuencias.
A pesar de todo esto, son cuentas con miles de seguidores que, aunque no parezca posible, los convierten en influencers, debido a que hay una gran cantidad de usuarios replicando las acciones de quienes están detrás de las cuentas mencionadas, y de otras, sin importar las actitudes detestables. Esta también es una manera de hacer bullying.
No son pocas las personas que ven afectada su salud mental luego de encontrarse en videos como los explicados. Nosotros, los usuarios, somos los únicos que podemos parar esta ola de influencers que no lo son y que, sin embargo, ponemos en posiciones superiores.
Intentemos, de ahora en adelante, analizar los contenidos que seguimos y preguntarnos si los que llamamos influencers son voces confiables.