La fecha del 26 de Julio motiva, y como no serle fiel sería un desacierto imperdonable, la Empresa Territorial Comercializadora del Libro en Artemisa, no se quedó inmóvil meses antes.
Parte del colectivo de unos 140 trabajadores entre los 11 municipios nuestros y de la provincia de Mayabeque, cambió las rutinas para «ponerse las botas», y andar entre nuevas cubiertas, cemento, áridos, pinturas, y retoques, en un andar que, si se les pregunta, coincidirán en que no ha sido fácil, pero tampoco imposible.
Julio César Yoquis Ramos, director general de la Empresa, sentía el placer por estos días de reabrir al público en Candelaria la librería Dionisio Chirino, después de seis meses de remodelación, cerrada ese tiempo por malas condiciones, sobre todo en la cubierta de fibrocemento, agravadas por el evento climatológico de noviembre de 2024.
Además del colectivo de la librería, laboraron trabajadores de la Empresa de Mantenimiento Constructivo, pertenecientes también al Grupo Empresarial Artemisa (GEA).
La obra tuvo un valor aproximado de 500 mil pesos, dado que la mayoría de los recursos los tenía la entidad, explicó Jesús Díaz González, director de la misma hace 12 años, con unas tres décadas, laborando en la misma empresa, antes en San Cristóbal, asegura.
El joven escritor candelariense Juan Manuel Méndez Pérez, muy mencionado por su libro de cuentos en Braille Nunca más, al reconocerse satisfecho, expresó que ha nutrido su librería particular con títulos de esta institución.
«La considero una semilla de la cual depende la cultura de la población, por ello no podía ser una cueva, sino un espacio alegre como este, con valiosos ejemplares que invito a leer, y donde un día podrá estar mi libro en versión física», anhela.
Nueva vida, para Los Pinos Nuevos
A unos 50 kilómetros, en Caimito, el municipio sede de las actividades provinciales en este 2025, la gesta moncadista también fue motivo para renovar servicios de la Empresa del Libro, en alianza entre el arte y la literatura.
Con obras de muñequería de las manos de Milay Sierra Castillo, quien dirige el lugar, prestas para jugar, adornar, entre otras utilidades, y textos de gran valía, vuelve ese espacio cultural a avivar los necesarios hábitos milenarios de leer y coser.
Sergio Suarez Bermúdez, director del GEA, caimitense además, expresó que aspiran no solo a rescatar el lugar sino su vida cultural, de ahí el estar abierto a los escritores del municipio, soñando tener en unos de sus estantes, obras de la Editorial Unicornio, la cual tiene el costero municipio exponentes de gran prestigio, acotó.

Oficios antiguos y útiles
Más allá de las 11 librerías, una en cada municipio, la Empresa del Libro cuenta con la fábrica de cartón, en San Antonio de los Baños, y un poligráfico, en Bejucal, Mayabeque, más imprentas en los municipios de Bahía Honda, Artemisa, Alquízar, Güira de Melena, y Bauta, esta última también beneficiada por los aires del 26 y la constancia de su pequeño y digno colectivo de tres obreros.
Liderados por María del Carmen Pérez Álvarez, con 32 años en la Empresa, les avala su quehacer la impresión de alrededor de 500 millares de modelaje para empresas de la provincia en 2024, lo cual los deja con utilidades suficientes para no depender de su salario básico de 2 800 pesos mensuales.
El asombro mayor, aunque pudiera, no está en ver cómo convirtieron un lugar feo y oscuro en una instalación acorde a sus funciones, sino en sentir al tipógrafo A, con destreza acumulada en 50 años de trabajo, echar a andar la impresora manual de los años 1800, rescatada con tantas mañas, como cariños por el uso de las tipografías de plomo.

Allí todo es manual, desde la composición hasta la impresión. «Es un proceso de innovación constante, que, debido a la ausencia de los chibaletes, muebles de madera que contienen las letras, precisa el ajuste del modelaje con hilo», explicó la jefa.
Y aunque no lo dijo, existen otros valores humanos que caracterizan al trío de bautenses, con la deuda de preparar a relevos con igual amor a este antiguo y siempre necesario oficio.







