Por estos días Caimito ha estado en 26. El 23 de julio se celebró el acto central provincial por el Día de la Rebeldía Nacional, en un sitio de la circunscripción 35, precisamente en la que labora Doralkis Roque Márquez, la trabajadora social.
Los trabajadores sociales actúan bajo la tutela del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social, entidad que impulsa el trabajo cercano a la comunidad para mejorar la justicia social y la calidad de vida.
Doralkis conoce a cada ser humano de su circunscripción: una circunscripción grande, con tres zonas de los CDR, con 22 comités, más de 730 viviendas y una población abundante. Doralkis sabe quién está encamado, postrado o con una enfermedad terminal. Conoce también quién es vulnerable; cuántas madres tienen tres hijos o más; a quién se le debe asignar un colchón; cuál es la cantidad de afectados tras el paso del huracán Rafael y qué tratamiento lleva.
Ella lo sabe todo y en consecuencia actúa. Le sobra voluntad política, transparencia, lealtad y humanismo. Cuando las condiciones lo han permitido, la vemos encabezando la entrega de colchones, de medios de cocción, de módulos de ropa y alimentos. Por supuesto, nada de esto lo realiza de manera inconsulta. Lo somete a la consideración de los dirigentes de los CDR, la FMC y del Delegado de la circunscripción, en aras de ser lo más justa posible. No hay un solo vulnerable que no la conozca.
Por eso, a través de Doralkis, quiero reconocer a los más de 7000 trabajadores sociales que hay en Cuba y, en especial, a los de Caimito los que, de seguro -los he visto-, realizan las reuniones más serias y comprometidas imaginables, en materia de prevención y atención social; no pocas de ellas presididas por Doralkis.
Dondequiera que me paro (en broma y en serio) digo: «Doralkis es la mejor trabajadora social de América Latina y el Caribe…». No por casualidad Fidel Castro llamó a los trabajadores sociales como «médicos del alma».