Conseguir el diálogo con el artista de la fotografía Pedro Pérez Portales resultó bien difícil. Tras llamadas telefónicas, encuentros informales y un repaso de su trayectoria profesional finalmente pude concretar el diálogo con Manolito, como le conocen todos en San Antonio de los Baños.
Nacido el 13 de mayo de 1958, Pérez Portales se adentró en los secretos de la fotografía, apegado a la investigación policial. A partir de unos cursos a finales de la década del 70 relacionados con la fotografía criminalística, estudió esa carrera de la cual se graduó en 1979. Luego se incorporó como fotógrafo al Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos (Icap).
La fotografía es arte, imagen congelada en el tiempo y la memoria. Ella despierta añoranzas y deseos de volver por la niñez o la juventud. La misma exige condiciones para llegar a tocar la excelencia en cada trabajo que se realiza. “Pienso que para ser buen fotógrafo existe una sola condición, saber ver. El fotógrafo tiene que estar al tanto de la vida y todo lo que le rodea. Si tienes buena visión, eres buen fotógrafo”, explica.
En 1986, aprobó el curso de fotografía periodística, auspiciado por la Unión de Periodistas de Cuba (Upec) y luego fue profesor de fotografía en la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (EICTV), donde impartió talleres y conferencias a los estudiantes de los tres mundos.
Ser parte de la EICTV, le aportó muchas vivencias. “Siendo fotorreportero allí, sucedió algo que a mi juicio, fue fantástico para mi carrera. Yo entraba a la escuela y me percato que por el pasillo central salían los cuatro grandes del cine latinoamericano, que yo nunca había podido fotografiar juntos, y creo que muy pocas personas lo han hecho. Eran nada más y nada menos que Tomás Gutiérrez Alea (Titón); Fernando Birry, director de la EICTV; Gabriel García Márquez (El Gabo) y Julio García Espinosa. Aproveché la ocasión, enfoqué bien el lente y logré, lo que a mi juicio, ha sido la mejor foto de mi vida, porque fue muy casual, atractiva y pasó a la historia de la escuela y del Cine Latinoamericano”.
Entre los principales premios que atesora aparecen los conseguidos en los Salones 26 de Julio en la capital, el de Fotografía y naturaleza y los de música jazz organizados por la Upec, además de los Salones Territoriales Eduardo Abela, las Bienales Internacionales del Humor y otros eventos de los que guarda segundos y terceros lugares, junto a varias menciones.
Como profesional de la fotografía, incursiona en varias manifestaciones de este arte, aunque confiesa preferir la fotografía artística y en un segundo lugar la de la vida diaria. “En los últimos tiempos apoyo a la Fundación Ariguanabo. Hago la observación y captura en imágenes de aves endémicas, transitorias y exóticas, que conviven en el territorio ariguanabense, y lo hacen un sitio especial. Es un trabajo muy lindo que queda plasmado en eBird, aplicación de la universidad de Corner en New York, gracias a la colaboración de la Bird Caribbean”.
Miembro de la Unión Nacional de Escritores y Artistas de Cuba, (Uneac), desde 1989, Pedro Pérez Portales, conoce los secretos del laboratorio fotográfico. Las técnicas a emplear las maneja con perfección y estética. Desde el negativo sobre plata gelatina, hasta los actuales aportes de la tecnología aplicada a la fotografía digital.
En una carrera llena de elogios por parte de especialistas, colegas y vecinos, Manolito confiesa encontrar inspiración en las obras del neoyorquino Richard Abeo, y el brasilero José Medeiros.
–¿Pedro Pérez Portales, ya logró la foto soñada?
No, creo que no. La foto soñada es muy difícil.
–¿Y la mejor foto?
Esa es la que viene mañana.