Un proceso amplio y abarcador, que acontezca en todos los colectivos laborales, exista o no en ellos una estructura sindical. Así deberá ser la consulta del anteproyecto de Código de Trabajo con los trabajadores, la cual tendrá lugar entre septiembre y noviembre próximos.
Los preparativos en las estructuras sindicales, administraciones y organismos se iniciaron esta última semana, precisamente con la realización de un seminario nacional que conectó con esta intención estratégica a cientos de representantes de las instituciones que participarán en la discusión de la futura norma.
Antes de llegar a este punto, por supuesto, la tarea no ha sido menor y continuará durante los meses siguientes, tanto en el nivel técnico jurídico como en la organización práctica de la consulta.
Según explicó la ministra de Trabajo y Seguridad Social, Marta Elena Feitó Cabrera, todavía se realizan ajustes al anteproyecto, ya en su versión 16, a partir de las recomendaciones especializadas de organismos, universidades y el propio movimiento sindical, lo cual permitirá llegar a su publicación en los primeros días de septiembre con una propuesta inicial mucho más robusta y consensuada.
Las autoridades del Partido han pedido que la consulta del nuevo Código sea “un momento de democracia, con una secuencia organizativa que asegure tener en cuenta todas las opiniones”.
Las experiencias más recientes en los debates populares de la Constitución y el Código de las Familias son un antecedente esencial para la preparación metodológica de esta otra consulta tan significativa para el país.
Entre los elementos que han trascendido sobre las transformaciones que requiere la Ley sobresalen, lógicamente, fundamentos jurídicos como la Constitución del 2019 y los documentos rectores del Partido; los compromisos internacionales de Cuba en materia laboral y las políticas y normas jurídicas aprobadas desde que en el 2014 entrara en vigor el actual Código.
“Ninguna garantía se elimina, sino que se amplían”, ha enfatizado la titular de Trabajo y Seguridad Social, al explicar que el anteproyecto del nuevo Código cuenta con cuatro partes principales, en el cual se recogen los principios generales, los derechos individuales y colectivos, además de lo relativo a la administración del trabajo.
Un aspecto de suma importancia es que esta legislación abarcará a empleados y empleadores de todos los sectores de la economía, incluirá también mayores garantías para quienes laboran en el sector privado, así como definiciones más exactas sobre el derecho de los trabajadores a la participación en la gestión económica y para asegurar el desempeño de las organizaciones sindicales.
Algunas novedades que ya se barajan son el establecimiento de la edad laboral en 18 años (ahora es 17), las prioridades en el empleo para jóvenes y mujeres, el fomento de facilidades para las personas en situación de discapacidad y la creación de mejores condiciones para modalidades como el trabajo a distancia y el teletrabajo.
En el terreno de la justicia laboral se espera un salto cualitativo de especial relevancia, al concebirse la posibilidad de acudir a la vía judicial ante prácticamente cualquier conflicto y medida disciplinaria. En lo que coinciden todas las partes es que el Código que se proyecta mantendrá todo lo ganado y ampliará los derechos y garantías de nuestros trabajadores, de acuerdo con el principio de progresividad que rige el ordenamiento jurídico cubano.
La Central de Trabajadores de Cuba y los sindicatos tienen desde ya que emplearse a fondo en la organización de este proceso, detalle por detalle. Como ya se ha adelantado, las reuniones de consulta del anteproyecto se podrán hacer en un solo colectivo o en grupos de ellos, nunca con más de 100 asistentes. Esa composición permitirá recoger en acta y procesar todas las propuestas de modificación, adición, supresión o duda que se planteen. Implementar mecanismos para que los trabajadores no estatales puedan participar con sus propuestas es tal vez el aspecto de mayor dificultad, a lo cual hay que seguir “metiéndole cabeza”.
“No hay otro lugar en el mundo donde un gobierno someta a debate con los trabajadores la ley laboral antes de aprobarla”, valoró Ulises Guilarte De Nacimiento, secretario general de la CTC, en lo que constituye una garantía para que todas las opiniones cuenten.