Es doloroso. Llegamos al año del centenario del primer Partido Comunista y uno de sus fundadores, Carlos Baliño, no tiene en su tierra natal un busto que rinda homenaje a su memoria. Encima, el museo que lleva su nombre, padece un proceso inversionista que parece no acabar nunca y pende de un hilo su condición de Monumento Nacional.
Sin desconocer la difícil situación económica del país y los esfuerzos enormes de todos los días por reanimar las instituciones culturales, no faltan quienes se preguntan si reabrirá algún día el museo de Guanajay, si le sucederá lo mismo que al teatro Vicente Mora, o que al cine de ese pueblo, relegado a la condición de sala de video de poca categoría.
Esta posibilidad genera preocupación constante en no pocos historiadores y estudiosos de la obra del Patriota Insigne de ese municipio y de los más representativos de la provincia; al ver con pesar la decadencia de un inmueble cerrado desde 2019, sin avances notables en las acciones constructivas concebidas en la inversión aprobada.
El deterioro gana espacio
Mercedes Záceta, única de las fundadoras del museo Carlos Baliño que sigue laborando en la institución, asegura no haber imaginado nunca tal decadencia.
“Desde 1980 hasta hoy, he vivido sus momentos de mayor esplendor, he visto llegar y conservar cada pieza de la colección. Al observar ahora el estancamiento en los trabajos de reparación y el avance del daño, recuerdo con nostalgia el tiempo en que el museo no cesaba en sus actividades con pioneros, estudiantes y trabajadores de diversos sectores participantes en visitas guiadas”.
“Éramos como el centro de convenciones de Guanajay. Reuniones importantes y las actividades políticas y culturales de mayor alcance en el municipio se realizaban aquí. Son incontables los historiadores que encontraron en nuestros archivos mucha de la información que ayudó a fundamentar sus investigaciones”.
Eso no es todo. De lo más preocupante en la actualidad es ver cómo se han echado por la borda recursos empleados en algunos trabajos realizados y la calidad de su terminación. Sobre la estructura de viguetas de metal, desde 2019 se colocó casi la mitad del entablado del techo del corredor más amplio de la instalación, sin antes asegurar en la obra la manta o papel de techo que debe colocarse entre la madera y las tejas de barro. Válido señalar que algunas tejas ya están dañadas.
En esos metros cuadrados de cubierta ya se notan daños irreversibles provocados por el sol, las lluvias y el viento. Y como si fuera poco, aunque el personal del museo, comprometido, adoptó todas las medidas posibles para preservar su colección con iniciativas y recursos propios, no quiere esto decir que se garantiza su integridad.
El historiador y arqueólogo Leonardo Camoeira, quizás el colaborador más antiguo del museo, expresa su insatisfacción y disgusto respecto al proceso de deterioro progresivo de las paredes, especialmente en los cubículos que no están techados: “Estas paredes son de cal y canto, revestidas con argamasa que, cuando queda expuesta a la intemperie, se humedece y llega el momento en que se desmorona, se desprende y pierde su función de revestimiento”.

“Esa parte del techo corre el riesgo de filtrarse; además, una de las ventanas del local se desprendió por los vientos del huracán Rafael y, por las dimensiones del local, la colección se encuentra hacinada, expuesta al calor y a posibles brotes de humedad, lo que pone en peligro su buen estado, a pesar de las continuas acciones de conservación realizadas por los especialistas del museo”.
Cerrado al público sin dejar de trabajar
Según informaciones brindadas por Alina Pérez, directora de la institución, las acciones prioritarias en curso incluyen, la conservación de objetos de la colección dentro del museo y la atención a tarjas, bustos y monumentos ubicados fuera del mismo.
Le preocupa al personal la demora en las acciones constructivas planificadas y el consiguiente daño para el inmueble. Sin embargo, se sienten acompañados por el departamento de Patrimonio de la Dirección Provincial de Cultura y las autoridades municipales.
Reconoce, además, la directora, la necesidad de agilizar la búsqueda de una solución rápida y efectiva para completar la colocación de la cubierta. De ello depende el resto de las acciones en paredes, puertas, ventanas y pisos. Esto evitaría que el proyecto inicial siga encareciéndose debido a nuevas afectaciones y la ejecución de acciones no planificadas.
La Doctora en Ciencias Históricas Reveca Francisca Figueredo Valdés, quien durante varios años fue directora de este museo y se desempeñó después como jefa del departamento de Patrimonio en la Dirección de Cultura desde la creación de la provincia hasta su reciente jubilación, destaca el empeño del personal para mantener una programación bien concebida, aunque el museo esté cerrado al público.
No obstante, dijo, “la situación actual los obliga a realizar trabajos de extensión en instituciones escolares, de Salud y de otro tipo en el municipio, pero estas no tienen la misma efectividad que las visitas dirigidas a través de las salas delcentro . Muchos investigadores necesitan del trabajo de archivo con las fuentes documentales de la institución y al estar cerrado se ven obliga- dos a prescindir de ellas”.
Y la solución… ¿para cuándo?
Diaberkis Lugo, intendente, y Yanara Sarría, directora de Cultura en el municipio, junto a sus respectivos equipos de trabajo, tienen cifradas sus esperanzas en la llegada de una manta por concepto de donación, así como en la revisión del presupuesto de un millón de pesos asignado este año para ejecutar en la inversión del museo; cifra insuficiente considerando los volúmenes de trabajo, mano de obra y recursos necesarios en la continuidad de los trabajos.
Es casi imposible, ante el atraso actual del cronograma, que en agosto próximo, cuando se conmemore el centenario del Partido, pueda haber un avance significativo en la inversión. Sin embargo, no todo está perdido.
En junio del año que viene se van a conmemorar los cien años de la muerte de Carlos Baliño y en agosto, el centenario del líder histórico de la Revolución cubana. Ojalá quienes tienen en sus manos la posibilidad y autoridad para destinar recursos y dinero suficientes, no pierdan esta oportunidad de ayudar al sector de la Cultura con el feliz término de la inversión y contribuir a rendirle en su tierra el homenaje merecido al insigne patriota. Será también un bonito regalo para Fidel.

El pcc se contradice en sus propios tiempos fundamentos