¡Vivo! Nuestro José Martí a pesar de los tres disparos que le derribaron de su caballo Baconao, en el pecho, en el cuello y en un muslo.
¡Grande! Porque a los nueve años, tras la vivencia desgarradora de la esclavitud, al pie del esclavo colgado a un árbol del monte, juró lavar con su sangre el crimen, y se consagró a la lucha contra ese horror.
¡Vivo! A contrapelo del envenenamiento que sufrió en Tampa, en 1892, a manos de dos hombres de origen cubano.
¡Grande! Porque, en lugar de permitir represalia alguna, les habló durante dos horas y salieron llorando; incluso uno de ellos llegó a ganarse en la manigua los grados de comandante mambí, y fue de los primeros en alistarse en una expedición de Serafín Sánchez y Carlos Roloff.
¡Vivo! Sin importar los intentos de ensuciar su nombre con ridículas invenciones y su busto con sangre de cerdo.
¡Grande! Porque bien lo dijo: “Morir es sembrar. El que muere, si muere donde debe, sirve. Vale y vivirás. Sirve y vivirás. Ama y vivirás. Despídete de ti mismo, y vivirás. Cae bien, y te levantarás.”
“Yo me echaré a un lado otra vez, con nuevo sacrificio, y triunfaré después de muerto.”
¡Vivo! Más allá del tiempo y los malintencionados que insisten en desdibujar sus lecciones. ¡Grande! Porque al estudiar su obra no caben equívocos sobre sus conceptos de amor a la Patria e independencia.
¡Muy vivo! Al contrario de quienes quisieron alejarlo convertido en santo. ¡Grande! Porque renació en quienes no le dejaron morir en el año del Centenario, y hasta le cumplieron sus promesas.
¡Vivo por siempre! Péseles a los anexionistas y pretendidos centristas de hoy. ¡Grande! Porque su defensa de la unidad trascendió hasta el empeño de Fidel, Raúl y Díaz-Canel, desde el Partido Revolucionario Cubano hasta el Partido Comunista de Cuba.
¡Vivo en quienes no nos vamos a rendir nunca! A pesar de bloqueos y otras crueles estrategias. ¡Grande! Porque organizó tan bien la Guerra Necesaria que nada importaron esos tres disparos fatales para ganarla, y hasta nos organizó a sus hijos del siglo XXI, para vencer otra vez.