Conceder al tabaco cubano esa elegancia que lo distingue y a la vez te seduce, es la razón de la Empresa de Beneficio y Acopio del Tabaco (ABT) Lázaro Peña, en Artemisa.
Año tras año, las hojas cultivadas en sus áreas visten con gentileza y originalidad los apetecidos habanos; pues aquí, pese a adversidades de toda índole, nunca abandonan el propósito de producir la mejor capa de exportación.
Unas 145 toneladas (t) prevén alcanzar en la campaña 2024-2025, de un plan de acopio de 498 t de tabaco total, comentó Lisneidis Álvarez Elías, jefe de producción.
Pero, en el afán de conservar el prestigio que les caracteriza; esta entidad, líder para el Grupo Empresarial Tabacuba, debió sortear numerosos obstáculos. Es por eso que al concluir la contienda, podrán calificar sus resultados como verdaderas hazañas; ya sea por su capacidad estratégica de enfrentar los efectos del bloqueo para este sector clave de la economía nacional, o por el modo de sobreponerse a los cuantiosos daños que les dejó el huracán Rafael.
De cualquier forma, los puros cubanos que viajarán hacia otros lares llevarán impregnados también el aroma y la abnegación de nuestros tabacaleros.
Sobre el empeño tras los vientos huracanados
La empresa tenía un plan de siembra de 415 hectáreas (ha.) de tabaco. De ellas, abarcó 432 ha., para un cumplimiento por encima del 104 por ciento (%), puntualizó Darelis Báez Albuernes, directora adjunta.
“La campaña inició el pasado 10 de octubre. Tras el paso del evento meteorológico, la Lázaro Peña había plantado 152 ha., de la cuales se perdieron 104. Además, tuvimos afectaciones en 189 casas de cura controlada, de un total de 200”.

“Inmediatamente todo el equipo técnico y productivo, junto a la dirección de la empresa, con el apoyo de las unidades empresariales de base, las unidades básicas de producción cooperada y el grupo empresarial, nos volcamos en la recuperación de toda la infraestructura dañada por el huracán.
“Fuimos fuertemente afectados. Los principales estragos fueron en los techos de todas las casas de tabaco, almacenes, oficinas, comedores… Aun así, no nos rendimos y adoptamos medidas para concluir con el plan de siembra el 30 de enero”.
Por norma, los tabacaleros artemiseños concluyen la siembra un mes antes. Esta vez, la naturaleza les impuso un reto. Con solo 30 días de más, debían recuperarse y finalizar la siembra. Desafío que no solo asumieron con responsabilidad, sino que sobrecumplieron incluso, con un aumento del área plantada.
En esta etapa, el apoyo del Grupo Empresarial Tabacuba y su Empresa de Logística fue decisivo. “Ellos nos dotaron de un importante número de recursos: madera, zinc, cartón, puntillas… Así, con mucho trabajo desde adentro y las ayudas externas, antes de finalizar marzo la recuperación marchaba al 90%. Les restaban, entonces, solo 19 casas de tabaco por recuperar.
Lo que esperan las escogidas
“Desde el punto de vista productivo, planificamos recolectar 1 182 323 cujes de tabaco, dijo el jefe de producción.
“El 14 de abril, aunque un poco más tarde de lo habitual por los desplazamientos en el cronograma, anunciábamos el millón, cifra que augura buenos resultados, dice.
“Si se estima que cada cuje acopiado pesa como promedio 0,43 kilogramos, teniendo en cuenta lo recolectado hasta la fecha y lo que aún falta, existen muchas posibilidades de cumplir con las 498 t previstas en el plan.
“Hasta el 8 de mayo, el acopio estaba al 78%, por lo que continuamos en la recolección y el resto de acciones. Aquí no se renuncia a cumplir lo planificado.
“En los primeros días del mes, inició el beneficio del tabaco en las escogidas del territorio, etapa culminante y decisiva de la campaña tabacalera en Artemisa.
“Para ello contamos con la fuerza de trabajo necesaria, que nos permitirá cumplir lo planificado. Aun así, no podemos dejar de reconocer que ha sido una campaña compleja por los estragos que nos dejó el ciclón y por la situación energética, que cada día se agrava”, reflexiona Álvarez Elías.
“Reconocemos la ayuda del Grupo Empresarial, que puso a nuestra disposición los recursos para retomar la campaña con prontitud, por la premura que se tenía de recolectar el tabaco y ponerlo en las casas de cura en los tiempos establecidos; así como por la entrega de 19 grupos electrógenos para cada batería de cura controlada de la empresa. Era mucho lo que estaba en juego, y el país lo conocía”.
Rostros de una campaña
Muchas historias de artemiseños corajudos se tejen alrededor del cultivo de la hierba santa. Sin embargo, en el territorio, no puede hablarse del manejo apropiado de la rica hoja, sin mencionar a los productores Raúl González Guzmán y Miguel González Díaz.
De sus tierras se obtuvo poco más de 17 mil cujes. Padre e hijo, adscritos a la cooperativa decréditos y servicios Ernesto Che Guevara, son reconocidos por la obtención de elevados porcientos decapa para el torcido de exportación.
“Y este año no será diferente”, refiere Marisel Hernández Valle, al frente de la batería de cura San Blas, de la UEB La Reserva, donde se procesaron las suculentas hojas de este productor.
La mujer con sobrada experiencia en estas labores, casi nunca se equivoca. “Me gusta curarle el tabaco a Miguel y a su padre. La calidad es garantizada”.
Marisel y Miguel trabajan codo a codo y ambos reconocen que, del manejo adecuado a las hojas dentro de los aposentos, sin descuidar los parámetros de temperatura y humedad, depende el resultado final.
Del trabajo constante, la camaradería y el espíritu creativo que puede observarse entre ambos, cuando resta muy poco por concluir la zafra, puede deducirse el ambiente que ha primado de manera general en torno a esta contienda; porque el éxito detrás de cada historia del tabaco obedece, un poco también, al amor, la abnegación y la dedicación que se ponga en la obra.

















