Cada día, millones en todo el mundo entran en batalla, como uno de los más de cien héroes, de un juego de estrategia en tiempo real llamado Dota. Muchos afirman que, entre los de acción con multijugador, es el más profundo, lucrativo y popular de los deportes electrónicos: incluye torneos profesionales y premios millonarios.
El guanajayense Jose Javier Mirabal Esperón, de apodo Kuroko, se ha convertido en uno de los gamers principales de Cuba, gracias a sus habilidades en este juego al que en español le conocen como Defensa de los Ancestros 2.
Dos equipos de cinco jugadores compiten para destruir una gran estructura (Ancestro) defendida por su rival, mientras defienden la suya. Y este joven siente pasión por semejantes aventuras.
No es nada extraño. La cobertura mediática de la mayoría de los torneos en el planeta, capta adeptos mediante comentarios y análisis de los partidos en curso, de manera similar a los eventos deportivos tradicionales. Además de emitirlos en vivo para el público en arenas y estadios, también se transmiten por Internet y hasta simultáneamente por televisión, con varios millones de audiencia.
Así que, desde los cinco años, José Javier andaba ya imbuido en la PlayStation con sus hermanos mayores. Por supuesto, antes probó otros juegos. Hoy en su tiempo libre suele enrolarse en World of Warcraft (WoW) y Albion Online con amigos que viven cerca, o pasa tiempo con su novia.
Cuando su vida dio un gran giro fue a los 17. Había mejorado en destreza, y comenzó a soñar en serio con involucrarse cada vez más en el Dota.
“Pero no me creo un gamer profesional. Somos más bien amateurs. Nos falta mucho entrenamiento y apoyo para conseguir eso.
“En Cuba no hay demasiados adversarios para competir por las plazas a fin de representar al país. En cambio, sí enfrentamos desventajas como los apagones y la mala conexión, que nos dificultan el afán de llegar más lejos.
“De hecho, lo ideal para una sesión de entrenamiento serían seis a ocho horas, pero, como ya mencioné, nos interrumpen los apagones y la pésima conexión”.

-Muchos no toman en serio los eSports, no los consideran deportes reales ni competitivos. ¿Crees que hay similitudes entre estos y los tradicionales?
“Desde luego, en la mentalidad y la ansiedad ante cada competencia. El poder de la mente y el entrena- miento resultan esenciales en cualquier deporte”.
–¿Cuál fue tu reacción cuando incluyeron videojuegos en las Olimpiadas?
“Me parece muy bien. ¡Y ojalá pueda ir cuando llegue el momento!”
-¿Cómo ha cambiado tu forma de ser dedicarte a los videojuegos?
“Me ha ayudado mucho a relacionarme y a hacer amistades. Soy introvertido y no hablo mucho, pero detrás de una pantalla es más fácil”.
–¿Crees que, si no estuvieras en el mundo de los eSports, serías una persona diferente?
“Sería una persona mucho más solitaria”.
–De no haberte convertido en gamer, ¿qué habrías hecho profesionalmente?
“Probablemente me dedicaría a la informática”.
–¿Cuál ha sido el partido más difícil de tu vida?
“Partidos difíciles he tenido muchos. Recuerdo uno, precisamente durante el primer torneo presencial que gané, en La Habana a principios de 2020, cuando nos dejaron la base casi muerta, pero logramos remontar.
“Con mi equipo actual, hemos ganado dos veces los campeonatos nacionales y un torneo llamado Impacto Solar”.
–¿Quién ha sido tu mejor compañero de equipo?
“Mi mejor compañero fue Ultrhonos, que dejó de jugar por cosas de la vida y falta de apoyo hacia este deporte”.
-¿A cuál estimas como el equipo más sólido?
“Después de nosotros, a nivel nacional, son los Under Effect, contra los que discutimos la final este año y vencimos 3-2”.
–¿Juegas en partidas públicas, con tu equipo…?
“En este juego hay algo parecido al elo del ajedrez: se llama mmr. Las partidas públicas las juegas con personas que tengan más o menos tu mmr; al haber diferencia de mmr entre los cinco, es muy difícil que caigamos juntos. Entonces, los integrantes del equipo solo entrenamos juntos en partidas privadas”.

-¿Ves repeticiones y análisis?
“Sí, cuando los pro juegan torneos, los miro”.
–¿Qué aspectos de tu juego te gustaría cambiar?
“Tratar de que una mala jugada no me estrese, porque muchas veces no define el juego”.
-¿Haces ejercicio físico?
“No”.
-¿Qué es lo que más te gusta de ser un gamer de eSports y de este mundillo en general?
“Me siento realmente bien jugando videojuegos, y paso mucho tiempo con amigos”.
-¿Consideras necesario que todos los miembros sean amigos y se lleven bien para que el equipo funcione?
“No. El equipo puede funcionar bien sin eso. Sin embargo, que se lleven bien siempre ayuda”.
-¿Te has fijado alguna meta?
“Hace dos años hubiera confesado que tenía el sueño de llegar a lo más alto como profesional a nivel mundial. Al ver que pasa el tiempo y seguimos estancados, lo creo poco probable, pero sí tenemos la meta de llegar lejos en las Olimpiadas”.
Quizás la persistencia sea su estrategia más acertada. Si otrora parecían inconcebibles unos Juegos Olímpicos sin el boxeo o la pelota vasca, otros se incluyeron como el críquet, flagfootball, lacrosse, squash y el DOTA. Esperemos que José Javier continúe defendiendo su base, sin desfallecer jamás y confiando en la remontada, con más fuerza que Moon Rider y, aun bajo tierra, nunca olvide las estrellas