Mucha polémica han generado en los últimos tiempos las tiendas en MLC primero y ahora las que solo aceptan USD y tarjetas en esta y otras monedas duras. Apartando el tema, y partiendo incluso desde la comprensión de su “necesidad” para abastecer los deprimidos mercados en CUP, a años de implementadas las primeras, y meses de las segundas, poco cambio han experimentado los mercados en moneda nacional.
Estantes cada vez más vacíos y un personal prácticamente ocioso es el denominador común en todas, lo cual hace cuestionar la validez de las medidas que un día se enarbolaron como tabla de salvación, para sostener la producción nacional de ciertos productos de primera necesidad, como alimentos y aseo.
Si bien en los años de pandemia y luego en los primeros años del retorno a la normalidad, se normó la venta de los productos que entraban a las tiendas de TRD y Cimex y llegaban los beneficios más o menos notables a cada hogar, la realidad hoy es, más que diferente, preocupante.
Hace mucho no se norma nada, porque precisamente no hay nada, o al menos nada de primera necesidad para ofertar. Un simple vistazo por los comercios que aún quedan en CUP deja un sabor amargo para quienes tenemos acceso solo a esta moneda. Martillos, champús y acondicionadores de dudosa calidad y precios nada atractivos, alfombras de goma, cámaras y gomas de bicicleta de medidas que al parecer no se corresponden con la mayoría de las que circulan por nuestras calles, son algunos de los pocos artículos disponibles hoy.
Hace poco, en el programa televisivo Mesa Redonda que abordó las peculiaridades de la nueva medida de abrir establecimientos en USD, una de las entrevistadas refería cómo esas recaudaciones habían reavivado la producción nacional de productos de aseo de la marca Bambú.
Y realmente no dudo que se haya revitalizado esta producción, sobre todo porque en redes sociales estos productos se venden por cantidad, pero lo seguro es que al cubano común, que vive de un salario en CUP, no han llegado estos productos por la vía de las tiendas.
Toallitas húmedas, culeros desechables para niños y adultos, almohadillas sanitarias, jabón, champú sedal y detergentes, que por un tiempo fueron habituales, a un precio accesible, también “volaron” sin explicación alguna. Ahora solo aparecen en tiendas de otras monedas o en ese “mercado negro” que se ha vuelto obligatorio si queremos suplir nuestras necesidades básicas.
A estas alturas poco sabe el cliente normal si esos productos se compraron en MLC o USD para su reventa o fueron “desviados” del mercado de CUP. Y es que, sacando cuentas, percibe uno enseguida que hay muy poca diferencia entre el precio en USD (informal, por supuesto) y el precio al que lo venden en CUP en la calle. Dos más dos… y ya puede imaginar uno la procedencia.
Hoy, cuando se habla de poner freno a las ilegalidades, de transparentar los procesos, de hacer del control popular una tarea diaria, hay que hacer uso también de la comunicación y dejar claro qué se está produciendo para el mercado nacional, precios, destinos y cantidades para cada provincia.
Si fuera preciso y posible habrá también que normar lo poco de aseo que producimos y distribuirlo de la manera más justa, sin precios subsidiados, pero de una manera que llegue a todos al menos algo de lo que hoy sale de nuestras fábricas y toma caminos torcidos.
Habrá también que pensar en favorecer a Mipymes que importen, en lugar de productos terminados, materias primas para avivar nuestras producciones nacionales, pues solo con mayor productividad bajan los precios.
Más allá de los incuestionables efectos del bloqueo, hay que adoptar todas las medidas posibles para hacerle más llevadera la vida, sobre todo a los más desfavorecidos económicamente, los jubilados, los enfermos, los imposibilitados de pagar grandes sumas de dinero solo por un jabón o un paquete de detergente. En esas pequeñas cosas también nos va la supervivencia de un sistema que se propuso siempre, desde sus bases, ser el sostén y la garantía de los más desposeídos.
La produccion como dices no se ve por las vias del comercio estatal, todo está en manos de revendedores el el mercado informal. Y está tambien el hecho que ahora lo poco que algunos pudimos llevar a las tarjetas mlc de BANDEC y BPA, está a punto de diluirse en la nada pues con las nuevas tarjetas estas dejaron de tener validez en la mayoria de las tiendas y las pocas en las que se pueden usar hay que gastarlo obligatoriamente en cualquir cosa que no estaba en nuestros planes para evitar perder un dinero que todos sabemos lo que costó.
Hace algunos meses el secretario general de la CTC,do Nacimento,dijo en TV que habian 300 empress con perdidas.Despues de esa intervention se Sigue diciendo que la empresa estatal socialista seguira siendo la espina dorsal de la economia.Pero de esas empresas con perdidas no se ha hablado nada mas.Como pueden haber productos en CUP si las empresas estan que radas?Y que paso con aquel lineamiento del PCC sobre la autonomia de las empresas? Falta seriedad!
Muy bien
Al fin alguien se decide a reportar la realidad
Lo wue todos saben