Amanecer con las botas puestas, rocío, frialdad, tierras húmedas e hierbas malas, doblar el cuerpo y sentir los primeros rayos de sol en cultivos varios, surcos de vegetales u hortalizas, el herbicida que no llega, tampoco el tractor, el saco de yuca al hombro… es el resumen de cualquier jornada de mujeres y hombres artemiseños.
Y este domingo la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), en todo el país, compartió esa experiencia al convocar al Primero de Mayo, desde el surco donde aún la producción de alimentos tiene reservas.
Los suelos ferralíticos rojos, bondad de Artemisa en sus casi 11 municipios, necesitan reverdecer en su totalidad, y esa verdad solo se conquista con muchas manos y horas dedicadas al empeño de producir alimentos.
A solo unos 20 días de la fecha de los proletarios del mundo, ¿qué mejor lugar que el organopónico de la central del municipio cabecera, por el cual casi todos pasamos y admiramos su transformación?, refiere Nadia María Toca Hernández, secretaria de la CTC en el territorio.
Las lecciones de cambio de los organopónicos artemiseños, después del paso del huracán Rafael -en noviembre pasado-, cuando los cultivos de ciclo corto fueron la decisión urgente, son ejemplo para quienes deciden ponerle ganas a su pedacito.
Rostros jóvenes y otros con la experiencia imprescindible, muchos de verde olivo, preparados en disciplina y entrega como armas para guerrear, transformaron la imagen y pusieron hortalizas y vegetales en la mesa de los artemiseños, en muy pocas semanas.
A eso convoca este Primero de Mayo, asegura la dirigente sindical, “a la unidad en torno a un objetivo como máxima para sumar más años a la Revolución, a emanciparnos con nuestros propios esfuerzos, a no desestimar la tradición de nuestros campos, esa genuina manera de esperar menor barcos, menos importaciones, y crecer en productos capaces de satisfacer a la mayoría”.
Que la fiesta del Primero llegue a cada centro con la energía suficiente para buscar soluciones a los problemas que estancan sus servicios productivos, que no importe si es una escuela, una fábrica o un laboratorio, este Primero es para el surco, donde aún tierras ocisosas esperan conquistar manos laboriosas, para sumar siempre, como única operación matemática viable en tiempos complejos.
Menos hierbas malas en el organopónico de la central de Artemisa, un surco con múltiples manos, el movimiento sindical unido, una mañana con la foto de quienes hacemos por Cuba en la vital misión de producir alimentos, resume un domingo que convoca a iniciar Mayo en plazas y parques, con la algarabía de un pueblo libre y soberano, pese a los intentos de arrebatarnos esa verdad de 66 años.
Tiempo de volver a las raíces, de poblar cualquier pedacito de tierra con cultivos que mañana vayan al plato, solo así la competencia con los precios moverá la balanza a favor de trabajadores, pues esa es de las batallas que no se gana con un decreto ley ni con indicaciones, sino con trabajo, cosechas, y control.
¡Venga este Primero de Mayo desde el surco, con el brío de los trabajadores artemiseños, cubanos todos, convocatoria de la CTC a multiplicar!
