La jornada de quienes laboran en Acueducto y Alcantarillado va muchas veces más allá de las ocho horas; puede llegar a ser de uno o de varios días de manera ininterrumpida, al igual que sucede con otros trabajadores.
La rotura de un motor en la fuente de abasto o la avería de una conductora son las causas que con más frecuencia obligan a movilizar brigadas, especialistas, equipamientos y recursos; que muchas veces es necesario solicitar a entidades afines que radican dentro de la misma provincia o fuera de esta.
Por supuesto, un evento de este tipo puede ocurrir en cualquier época del año, incluyendo días festivos, poniendo fin, en no pocos casos, a un proyecto familiar o de otra índole acariciado durante meses.
Entre averías y días festivos
Así le sucedió este fin de año a trabajadores de la Unidad Empresarial de Base (UEB) de Acueducto y Alcantarillado en el municipio cabecera, y de la entidad provincial, que laboraron desde el 30 de diciembre hasta el 2 de enero para solucionar la avería en una conductora de 500 milímetros (mm) en Waterloo, que afectaba los pozos 2 y 3 de esa fuente de abasto, que beneficia al 70 por ciento de la población urbana de Artemisa.
Rafael López Oberto, director de la UEB en la Villa Roja, se mantuvo todo el tiempo a pie de obra. Ostenta un valioso aval en el sector y antes desempeñó esa misma responsabilidad en San Antonio de los Baños, donde tuvo vivencias parecidas.
“En San Antonio –afirma el directivo- me sucedió lo mismo que ahora en Artemisa. A finales del 2023 una contingencia obligó a que trabajáramos para reparar una avería, mientras la población disfrutaba en familia.
“Nos recompensó el hecho de que, gracias a nuestro trabajo, la población e instituciones del territorio, pudieron iniciar el año con el servicio de agua por las redes.
“Siento, además, otra satisfacción: la de trabajar con mi gente de igual a igual, desde el inicio hasta que finalice el trabajo, sin descuidar las gestiones que debo hacer para garantizarles las atenciones necesarias, tanto de alimentación como de recursos, equipos y herramientas imprescindibles para que salga el trabajo con calidad y en el menor tiempo posible.
“La disciplina, laboriosidad y disposición de los trabajadores, se gana también con la ejemplaridad del jefe. Y esa es una de mis divisas.”
Una muestra, entre tantas, de ese nivel de entrega y sacrificio de los trabajadores de Acueducto, es la de Juan Miguel Tabares Martínez, a quien todos conocen por El Buti, reconocido como el trabajador más destacado de la Empresa Provincial de Acueducto y Alcantarillado en los últimos dos años. Sus compañeros de trabajo dicen que para él no hay tarea imposible.
El Buti, con visible regocijo y sin apenas liberarse del fango de las jornadas de trabajo en Waterloo, explicó que lleva casi 15 años en esta empresa, en la brigada de Reparación de redes y conductoras.
“Mi compromiso, como el de mis compañeros, es con el pueblo, para que no le falte el servicio de agua. A la hora que sea y en cualquier condición, aunque no podamos «fiestar» en familia el fin de año, salimos a trabajar con total disposición”.
Pondera, además, las atenciones recibidas. “Hasta un brindis pudimos hacer en la noche del Primero de Enero. Con jefes como Rafael, que meten el cuerpo al trabajo y con personal como el de la UEB de Artemisa, no hay obstáculo que nos detenga”.
Empeño de muchos
Por no ser la cara visible en estos casos, se conoce menos de los trabajos de aseguramiento cuando ocurre algún tipo de contingencias, para garantizar equipamiento, materiales, herramientas y otros recursos; sin los cuales sería casi imposible hacer reparaciones planificadas, o solucionar roturas para reiniciar y mantener estable el abasto de agua.
Jorge Luis Cobas Vidal, director de la Empresa Provincial de Acueducto y Alcantarillado, explica que la entidad no cuenta con una máquina de soldar conductoras con diámetro de 500 mm, como la que se afectó en Waterloo.
“Tuvimos que acudir el mismo día 30 a la Empresa de Mantenimiento y Reparación a Obras Hidráulicas, que nos facilitó una máquina con rango de hasta 630, además de dos retroexcavadoras y una rastra para trasladarlas hasta Artemisa”.
El directivo reconoció también el trabajo de los operadores de esos equipos, procedentes de otra provincia, que estuvieron, al igual que los artemiseños, fuera de su casa y lejos de la familia.
Asimismo, agradeció el apoyo del intendente y del presidente de la Asamblea Municipal del Poder Popular en Artemisa, que nos acompañaron y estuvieron al tanto de la buena atención a los trabajadores”.
Hasta que todos tengan servicio
Después de una maratónica jornada, la faena no concluyó con la solución a la rotura en la conductora de Waterloo. Los trabajadores de la UEB Acueducto y Alcantarillado de Artemisa, partieron de inmediato para enfrentar otra contingencia. Las viviendas aledañas al Hogar de Ancianos Fidel Labrador no contaban con servicio de agua debido a un salidero en la tubería proveniente de la fuente de La Carlota.
Pablo Guzmán Pérez, al frente de la brigada de Reparación de redes y conductoras que hizo el trabajo, asegura que para sus trabajadores no deja de tener importancia la contingencia porque solo sean 11 las viviendas que no reciben agua, pues ese servicio es vital para todos. “Aunque sea una sola casa, si depende de nosotros que el líquido le llegue, nos movilizamos y hacemos el trabajo”.
De la misma opinión es Rodolfo Chirolde Acosta, operador de una retroexcavadora, perteneciente a la Empresa de Aprovechamiento Hidráulico, quien apoyó los trabajos en la conductora de Waterloo el 31 de diciembre y continuó el 2 de enero, con la brigada de Acueducto en los trabajos del Hogar de Ancianos de Artemisa.
“Hasta la hora que sea, periodista. Lo importante es servir y servir bien a los demás”, precisó.
¡Qué bueno contar con personas excepcionales que trabajan sin descanso, en medio de las carencias, por devolver un servicio tan vital! ¡Ojalá ese espíritu contagie a todos los artemiseños!
