Cuando María Eduarda pierde un combate, se pone a llorar. Pero no se rinde; entrena más fuerte. Esa determinación la ha llevado a ganar títulos y medallas… y a asombrar favorablemente a los amantes del judo.
En la edición 60 de los Juegos Escolares Nacionales, María Eduarda Alfonso Izquierdo lideró a Artemisa, al conquistar la corona individual y por equipos, además de ser seleccionada como la más técnica de la competencia.
Por si no bastara, la chica de 14 años y aún en noveno grado, ya participó en tres campeonatos panamericanos, en los que su botín se enriqueció con dos oros y un bronce. A nivel nacional, también ha triunfado dos veces.
Tanto sus hermanos como los amigos del barrio celebran su disciplina y dedicación al judo. No significa que no haya enfrentado prejuicios de quienes no lo consideran un deporte femenino, pero ella ni caso le hace a esos comentarios negativos.
Siempre sale al tatami en busca del triunfo y a la vez a divertirse. Se inspira en la pequeña gigante japonesa Rioko Tani, bicampeona olímpica en la división de 48 kilogramos. Y, aunque en su tiempo libre, escucha música romántica, ve series y películas, en ocasiones lee y en otras juega fútbol, igual disfruta usarlo para entrenar.
Desde luego, su sueño es ser campeona olímpica. Como eso requiere mucho afán, no escatima horas con el judogi blanco atado por un cinturón azul.
Prefiere trabajar en Nage waza (de pie) y apelar a su técnica favorita de proyección por encima del hombro (Seoe nage). Así ha vivido momentos felices, como cuando Artemisa dominó en los Juegos Escolares… y otros tristes, cuando no logró el oro en el panamericano reciente. Por estos días se prepara para la próxima lid nacional.
Dice que su papá también fue judoca. Una tarde la llevó al colchón, y le gustó. Comenzó a practicar a los siete años.
-¿Acaso no eres muy menuda para un deporte de combate?
“No”.
-¿Y cómo es posible que alguien acostumbrado a proyectar sobre el tatami a sus rivales… sea una muchacha tímida?
“No sé”.
-¿Qué beneficios ha tenido para ti la práctica deportiva?
“Es lo que más me gusta hacer. Además, he conocido muchas provincias”.
-¿Cómo son tus entrenadores?
“Muy buenos, dedicados y se sacrifican mucho”.
-¿Los nervios hacen de las suyas cuando vas a un torneo?
“Sí, pero, cuando entro al combate, desaparecen”.
-¿Qué premisas consideras debes poseer para llegar a ser una judoca de élite?
“Mucha disciplina, entregarte al máximo en cada entrenamiento, sacrificarte y tener bien claro lo que quieres”.
-Para ti, ¿cuáles son los valores más importantes en judo?
“Actitud y disciplina. Son la base de todo”.
-¿Qué te distingue: la técnica, la potencia o la confianza?
“La confianza”.
-¿Y cuál sería la frase indispensable en tu vida?
“Esto no se acaba hasta que gane”.