En días tan convulsos como estos, una genuina declaración de amor me removió las ideas, me estrujó el pecho y me humedeció los ojos. El enamorado, quien no pudo guardarse para sí tanta conmoción, encontró en Facebook el escenario para declarar su encantamiento.
De aquellas cortas, pero sinceras líneas brotaba una gratitud exagerada: «Doy gracias a Olguita por haber estado ahí todos estos años, y por la familia que formamos en medio de avatares y tempestades», dijo, ante una comunidad nada despreciable de seguidores, René González Sehwerert, Héroe de la República de Cuba, mientras recordaba el momento en que dejó atrás todo lo que amaba para cumplir con un deber superior: la Patria.
Entonces, rememora, también era diciembre y la rampa habanera con sus cines repletos aguardaba por la llegada, de los amantes, que nunca acaeció. Treinta y cuatro años después, René, no olvida el calor de Irmita en sus brazos la noche antes de la partida súbita. Mucho menos el dolor de Olga que se quedó “ahí, esperando, hasta que la cruda realidad se le reveló, imponiéndonos seis años interminables de separación, que luego de una breve pausa se convertirían en un total de 23.”
Pero el agradecido no calla. En cambio alza más fuerte la voz y extiende el sentimiento al pueblo que trajo también a a sus hermanos de vuelta, hacia el líder que los convocó y a quienes, alrededor del mundo, se unieron para que hoy todos disfruten de la victoria.

Por eso el 17 de diciembre de 2014, el aire en La Habana se impregnó de una emoción indescriptible. Era un día que muchos habían esperado durante más de dos décadas, una jornada que simbolizó no solo el regreso de cinco hombres a su tierra, sino el triunfo del amor y la resistencia frente a un adverso destino.
Y para darle a aquellos momentos de alegría una connotación aún más especial, veinte días después de aquel diciembre de paz llegó a este mundo Gema, la primogénita de Gerardo Hernández Nordelo y Adriana Pérez O Connor, símbolo de una nueva vida; esa que les aguardaba después de tantos años.
La historia de los Cinco Héroes es una crónica de amor inquebrantable, no solo hacia sus familias, sino hacia su patria. René, Antonio, Fernando, Ramón y Gerardo tenían la misión de proteger a su país de ataques violentos, pero el costo fue alto: años de separación, sufrimiento y lucha.
A medida que avanzaba el tiempo, sus seres queridos se convirtieron en baluartes de resistencia y la espera se transformó en un símbolo del amor que perdura hasta hoy.
La solidaridad popular creció como una ola imparable. Manifestaciones, campañas y una incansable lucha por la justicia resonaron en cada rincón de esta Isla y más allá. La unión entre el pueblo y sus héroes ha sido imparable.
Basta con ver la calurosa acogida que le dieron los guanajayenses en el parque municipal al actual Coordinador Nacional de los CDR. Las personas se lanzaron sobre Gerardo para tomarse fotos o estrecharle la mano; porque hay hombres que atraen multitudes.
🫂 Hay hombres que atraen multitudes. En #Guanajay, @GHNordelo5 se llevó el abrazo del pueblo. #TodosSomosCederistas #SomosDelBarrio @cdr_cuba @AniaThompson1 @GladysArtemisa pic.twitter.com/7AP1TVbeqr
— Giselle_Vichot (@GiseArtemisa) October 3, 2024
Asimismo, reconforta ver, al frente del Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos, el activismo de Fernando González Llort. Y está Ramón Labañino Salazar, más que un “hombre de silencio” un ferviente defensor de la Revolución cubana y de su pueblo que, ha dicho en más de una ocasión, merece las vidas que ellos entregaron. En cambio, nunca habrá soledad para ellos. Como predijo Antonio Guerrero en las cartas de amor escritas a su madre, Mirta Rodríguez.
Dicen que el número cinco está relacionado con el despertar espiritual y con el crecimiento personal. En Cuba es además un canto a la victoria del amor sobre el odio. Del sacrificio sobre la injusticia. Es una oda a las historias de resistencia. A las familias que esperaron. A la intransigencia de una nación y a su líder eterno, que nunca perdió la fe.
