Unos 22 000 bloques aligerados y 36 000 ladrillos de barro estaban listos en la Fábrica de Lozas de la UEB Pedro Camejo, en San Cristóbal, antes del azote del huracán Rafael.
Próximo a la instalación, en la Canterade Bermejales, supeditada a la propia unidad, yacían aproximadamente 700 metros cúbicos de arena, 900 de gravilla, 200 de polvo, 150 de granito y 400 de macadam.
“Ante la amenaza de ciclón, la indicación fue paralizar la producción en inventario hasta su paso, cuando el Gobierno en cada provincia decidiera el destino de los materiales. En esa última etapa estamos”, declara Edelmo Valdespino, director de la UEB, y este viernes último comenzó el traslado con destino a la población y obras priorizadas.
Entretanto, en la Fábrica trabajan en la recuperación de la instalación para su puesta en marcha. El ciclón le arrebató unas 200 tejas de asbesto cemento de la cubierta, y dejó a la intemperie la parte delantera del horno.
“Ya tenemos igual número de tejas, ahora de zinc, disponibles para su colocación y contratamos de una brigada de techadores”, precisa Valdespino.
Los trabajadores avanzan en la reparación de la máquina extrusora, alistan equipos automotores de carga y limpian y preparan el molino de barro. Algunas labores requieren de electricidad, y usan un grupo electrógeno en tanto restauren el servicio.
En la Cantera no ocurrió daño alguno. Allí solo esperan la llegaba del fluido eléctrico para echar a
andar la mole de yerros, pues en ambos sitios, el propósito es arrancar en cuanto las condiciones lo permitan.
Agilizar producciones y su comercialización
Poner a disposición de los damnificados recursos para la recuperación de inmuebles es un asunto que demanda agilidad.
Rolando Vargas, director de la Empresa de Materiales de la Construcción Artemisa (Emcart), explica que el lunes 11 600 bloques de hormigón se trasladaron desde la Fábrica de Asbesto Cemento de la ciudad capital hasta el Hospital Ciro Redondo, centros próximos entre sí.
La empresa se responsabiliza con transportar los áridos que produce en la referida cantera sancristobalense hacia los diferentes puntos de venta del Mincin en la provincia. “Tenemos cinco camiones de volteo, pero están en función de la recogida de desechos sólidos y escombros en Artemisa, tarea más urgente. Al concluir, comienza la distribución”.
El directivo precisa que ya tienen contrataciones para la comercialización de bloques y ladrillos de la Fábrica de Lozas, pero los mencionados vehículos no tienen las condiciones para el traslado de ambos productos. Resulta necesario usar otro medio de transporte.
Asimismo, proyectan la producción de cemento mortero en la Fábrica de Asbesto Cemento de Artemisa, lo antes posible. “En cuanto haya fluido eléctrico, aunque no tenga techo, empezamos. Este producto, una mezcla de cemento con arena o cocó, puede usarse en la construcción de paredes y piso. El primer ingrediente lo traemos de Mariel y el segundo de San Cristóbal”, detalló.
En el caso específico del último municipio, la venta de materiales debe resultar incluso más expedita. Al punto de venta de Mincin en la localidad le asignaron 5 000 bloques de barro aligerado, así como arena y gravilla.
Para agilizar su entrega, Vargas, director de la Emcart, sugirió la presencia de un representante de la entidad en la Fábrica, para que las personas interesadas en la compra pudieran dirigirse directamente a la unidad.
Acelerar las producciones y viabilizar los mecanismos de distribución sin renunciar al control de los recursos, resulta necesario en un contexto difícil para todos, particularmente para quienes tienen dañadas sus viviendas. Ello constituye un asunto crucial en la reconstrucción de la provincia.