En el sitio donde se nace está el campo magnético más fuerte de nuestras vidas. San Cristóbal, en este caso, es capaz de retener, de enamorar sin explicaciones ni formalismos.
Muchos que nacimos en ella y otros que llegan, no encontramos momento adecuado para dejarla.
El 16 de noviembre cumplió 195 años la occidental ciudad. Ella es tocaya de La Habana, toda celebridad y toda maravilla, pero nunca suficiente para eclipsar el efecto de la tierra sagrada en el corazón de un hijo.
Tan simple ella, tan común, tan rural y citadina en paralelo. Puede doler cuando la vemos rota y cambiada, puede alegrar cuando alguna buena obra la ilumina y pueda aliviar de una manera única la vida siempre que el regreso la encumbra.
Cruzar el puente de hierro sobre el río, buscar al norte de su paisaje de montañas, contar la historia de los pinos, saber que el Cristo es de Jilma, que fue para Polo montañez el último hogar, que hay tanto de bueno entre sus sitios y sus hijos.
Entender de vinos que la nombran, ser parte de la historia que se gesta, caminar y conocer cada esquina, cada casa, cada arteria, cada sombra, cada luz, cada personaje. Sentirla y sufrirla son razones para nunca renunciar a ella. No se trata de un espacio que atrapa, ni de la arquitectura, ni la posición, ni las prácticas cotidianas; sino todo lo que es o fue adentro de sí: la familia que se crea, los recuerdos de la infancia, los primeros maestros, amigos, juegos de barrio, amores, paseos, suspiros.
Sí aquí han quedado los más tempranos o los últimos afectos, si recorrer sus calles ofrece libertad y hacer el bien a tu gente es la dicha mayor y el compromiso más grato, si es este el pedacito de mundo que más llena, es usted un sancristobalense también y entre 1 000 o entre 100 será siempre distinto.
Quédate ciudad, joven o vieja, no dejes de ser la más grande certeza, pertenecerte es un efecto que nos hace felices. Despiértanos a diario con la inquietud de servirte de buen modo. Que las campanas de cada esfuerzo doblen por ti, en este aniversario y el resto de los tiempos. Amor bonito, amor eternidad para contigo