A la estela de daños que ha dejado el huracán Rafael entre los nuestros, hará frente, tanto fibras de zinc y canalones que podrán ir sellando los techos, como ese poder tan grande e inherente que tiene el arte para sanar y elevar la espiritualidad hacia alturas impensadas.
Porque una y otras vez se demuestra que es así, entre tanto desastre no se hizo esperar junto a los artemiseños la mano y el talento de jóvenes de la Asociación Hermanos Saiz (AHS), quienes llegaron hasta donde más duele, y también cerca de donde ya otros devuelven la limpieza de las calles, el alumbrado de las viviendas, la comunicación de los teléfonos…
Yaser Toledo Garnache, Presidente de la AHS, no sin antes apreciar el daño en su institución líder y comprometerse a que 2025 deberá volverse ante que todo planes, trabajo y sueños cumplidos para la sede provincial— intercambió con damnificados de su organización, y entregó algunos bienes donados para aliviar el lamento de las familias y los jóvenes artistas.
“Llegamos hasta Cabañas, en Mariel, y entregamos comida, productos de aseo, colchones, a dos jóvenes creadores que lo necesitaban”, explicó.
“Habrá diferentes fórmulas y proyectos para rescatar la sede, que se sometía a una reparación, ubicada contigua al motel Campoamor de Artemisa, frente al Parque Libertad en calle 50, pero solo existe un camino, y es con la unidad de todos, con el apoyo de muchas manos, con la entrega de su dirección, con las alianzas posibles, tal vez no con tantos recursos, y sí con mucho arte”, aseguró el joven escritor y periodista.
Al mismo tiempo que Artemisa disfrutaba de manifestaciones del arte circense, de la danza y la música, cuando otros jóvenes también eran reconocidos por entregar sus horas de trabajo en una provincia que se levanta, llegaban imágenes de artistas deleitando a quienes en el campamento agropecuario Quisicaba, en San Antonio de los Baños, viven con la calidad que precisa la vejez, esa bella etapa de la vida.
¿De dónde sacan tantas fuerzas para entregar tanto arte? tendrá que ver con el talento, con la formación, pero mucho más con el buen corazón que los corteja.
