Peor que un sueño desvanecido es perder el deseo de soñar de nuevo. Y no serán los amantes del deporte en Artemisa quienes vayan a rendirse. Pero han pospuesto muchas veces su anhelo de recuperar el tabloncillo de la Eide Julio Díaz González. Han tachado ya demasiadas fechas fijadas para tenerlo listo: 2014, 2017, 2020, 2022, el 15 de mayo de 2024, el 1 de agosto parecía la definitiva… y tampoco.
A 13 años de la fundación de la provincia, ¿cuál sería el botín del baloncesto, el voleibol, bádminton y balonmano, de contar con las canchas apropiadas para desarrollarlos? Como dice un colega, a esas (medallas) ¡olvídenlas! Sin embargo, entonces la instalación lucía muy cercana.
La fecha pactada, en medio del Verano, aludía al inicio de la 60 edición de los Juegos Escolares Nacionales y a acoger la competencia de baloncesto. El tabloncillo no estuvo a punto, la sede fue transferida a otro territorio y se detuvieron los trabajos, nuevamente.
No se puede negar cuánto avanzaron esta vez: impermeabilizaron la cubierta, instalaron 270 ventanas de aluminio de tres secciones cada una, pintaron y renovaron la instalación eléctrica y los sistemas de evacuación de agua del techo, e incluso comenzaron a colocar las tablas.
Nelson Lara García, director provincial de Deportes, aseguró que disponían “de todos los recursos: más de 80 metros cúbicos de madera, la pintura, los cables… y la brigada no se irá más hasta terminar”. Solo que las cosas no salieron como pensaba.
Reorganizar el cronograma
“El tabloncillo se ha atrasado porque no se pudo terminar de procesar la madera. Se están procesando las tablas necesarias: aserrarlas, ponerlas a la medida, cepillarlas, pulirlas y finalmente machimbrarlas”, explica ahora el timonel del deporte en Artemisa.
“Pretendemos que, cuando se traiga la madera, no venga en bruto como antes, sino traer las tablas y aquí machimbrarlas”, alega.
“Además, hubo otro atraso debido a varias roturas de los equipos para procesar la madera: la sierra, por problemas de polea, quemadura de los motores y demás.
“Por eso no se pudo terminar el tabloncillo en la fecha acordada. El constructor se vio obligado a reorganizar el cronograma de ejecución, para hacerlo con la calidad requerida y en el tiempo que realmente pueden.
“Ellos emplean equipos eléctricos y dependen también de la corriente para procesar esa madera y trabajar. El objetivo consiste en concluir antes de cerrar el año”.


Noviembre, diciembre y enero
Bárbaro Díaz Castro, director de la referida Escuela de Iniciación Deportiva, ofrece otros detalles.
“Aquí estuvo, hace algunos días, la compañera de la CCS de Camagüey que está al frente de la obra. Hubo una reunión con el Gobernador para destrabar detalles técnicos, y ella se comprometió a terminar el tabloncillo en diciembre.
“La madera que falta la van a elaborar allá. Cuando esté lista, ella regresa con los contenedores y la mano de obra calificada para ese trabajo.
“En un primer convenio, Artemisa iba a poner toda la madera, ella solo la mano de obra. Y no fue así. Después, se acordó que allá la elaboren y traigan esa otra parte. Sin embargo, en aquel momento estaba verde todavía y no podían procesarla; hubo que darle tiempo para curarla. La obra se detuvo exclusivamente por la madera.
“¿Cuándo regresarían? En noviembre. Pueden terminar rápido; quedó demostrado que, cuando tuvieron la madera elaborada, en menos de diez días la pusieron toda. Es una brigada de 12 compañeros que saben y trabajan con agilidad”, sostiene.
También preocupa perder lo avanzado. ¿Cómo no temer a lo ocurrido en Villa Clara, donde una superficie de vigas y tablones importados de Perú se convirtió en una frágil capa que se deshace entre las manos? Sus 70 000 dólares invertidos se volvieron pasto de termitas, por no eliminar la humedad bajo el tablado, ni fumigar lo suficiente.
Mas, el director de la Eide despeja esa preocupación. “Ya está fumigada. Tiene tres fumigaciones”, enfatiza.
A la par, desmiente el rumor de que hubieran robado parte de las tablas. “Los compañeros de la forestal estuvieron aquí. Midieron lo que se había puesto, los recortes sobrantes al tratar la madera… y la tabla que se trajo es la que está puesta: no hubo problema”.
Entonces, subraya que en noviembre regresará la brigada, en diciembre debe quedar listo el tabloncillo y en enero se incorpora al proceso docente, lo cual propiciará una mejor preparación de los alumnos en baloncesto y balonmano, bádminton y voleibol.
“El cronograma de cómo va a entrenar cada deporte, ya está hecho. Por supuesto, conlleva cambios en el horario docente y de entrenamiento, porque todos no caben juntos. Vamos a tener baloncesto y balonmano en la cancha central. A un lateral estará el bádminton y a la derecha voleibol”.
Artemisa tendrá que soñar de nuevo. Y exigir su sueño con todas las voces, las de deportistas y profesores, las de directivos y cuantos se duelen por las medallas perdidas.
Un día Jorge Luis Sánchez González, el comisionado provincial de baloncesto, recibirá finalmente la noticia de que sus muchachos no van a entrenar más sobre cemento, en una cancha y aros en malas condiciones, sin la medida ni altura establecidas, con el aire batiendo, distinto bote del balón e intensidad del juego.
Será una gran noticia para los chicos y chicas del bádminton, voleibol y balonmano. Será preciso creer que esta vez sí. A la séptima… ¿irá la vencida?
