Ya son 25 patios y parcelas los incluidos en el proyecto Formación de Género y Mapa Verde, potenciando la seguridad alimentaria con rostro de mujer, en San Cristóbal. Se trata de una iniciativa que acompaña el Centro Nacional Félix Varela, para la producción de alimentos en espacios de tierra familiares y solidarios.
Bárbara Mendoza Amador, profesora del preuniversitario José Licourt Domínguez y coordinadora de Mapa Verde en el municipio, refiere la realización de talleres, ferias y acciones de capacitación de los “patieros”, como se le conoce a quienes se incluyen en esta modalidad.
“Tratamos de que cada vez sean más personas las incorporadas al proyecto, produciendo los alimentos necesarios para la familia, los vecinos y en caso de que haya algún excedente, que se pueda vender, como se ha hecho ya, con precios más asequibles”.
Estos promotores de patios y parcelas pertenecen también al movimiento de la Agricultura Urbana. La dirección del Ministerio de Ciencias, Innovación, Tecnología y Medio Ambiente en el territorio les asesora en su misión de potencializar la agroecología.
Experiencias de gente que suma
Carmen Díaz Martínez, una de las integrantes del proyecto, siente que este le ha cambiado la vida, porque después de jubilada el tiempo transcurre diferente con su segunda ocupación: “En septiembre hace un año que estoy con ese patio, porque vivía en una cuarta planta, pero siempre sembraba en mis tinajas. Al obtener el patio ya comencé a sembrar más. Ahí cosecho las habichuelas, todas las ensaladas y otras variedades de alimentos. Somos solidarios de verdad, los mangos, por ejemplo, son de todos, igual que el resto de las producciones”.
La experiencia comenzó en el Consejo Popular San Cristóbal 1, en el patio de Orestes, Gladys y la familia de este matrimonio.
Orestes Álvarez Camacho explica que “este patio surgió en 1989, cuando el Periodo Especial iniciaba. Entonces estaba prácticamente lleno de basura y escombros. Con trabajo y la ayuda de otros compañeros fuimos incrementando la producción. En la actualidad tiene 29 productos y hemos llegado a cubrir todas las necesidades de nuestra mesa familiar”.
Actualmente cuentan con la colaboración de los estudiantes del preuniversitario que una vez por semana trabajan allí. “Es de mucha importancia la ayuda que ellos nos brindan”.
La esposa, Gladys González López, asegura que este es uno de los patios más grandes. “Tiene plátano, yuca, boniato, ají, café, limón, maíz, gandul, además muchos árboles frutales como guanábana, coco, guayaba, naranja agria, aguacate. Además, criamos aves”.
Tanto ella como su esposo y su hijo contribuyen a que el patio tenga hoy resultados. “Nuestros productos son 100% ecológicos; aquí no se utiliza ningún fertilizante, nada químico. Los plátanos se maduran en el propio racimo, los vamos desgranando poco a poco. Muchas personas enfermas han venido buscando precisamente esos productos que son más sanos”.
Utilidad y pasión
Los miembros del proyecto se reúnen de manera sis- temática en algunos de estos espacios para intercambiar saberes y resultados. A Teodoro García Sánchez, ingeniero agrónomo, siempre le ha gustado sembrar. “Detrás del edificio tengo un pedazo donde hay aguacate, árbol del pan, hortalizas y condimentos; también crío conejos.
“Asumí también un área detrás de otros edificios. Estaba llena de desechos pero se limpió y se sembró. Ahora tiene boniato y habichuelas. De boniato ya he recogido más de 20 quintales y de habichuelas unos 50 o 60 kilogramos”.
García Sánchez también agradece en este empeño el apoyo de los estudiantes. “Ellos han participado en la limpieza, la recogida de basura, limpiando todas las orillas. Han trabajado mucho conmigo en todas las etapas de la siembra”.
Mientras, el patio de Rosa Blanco Véliz, de Excelencia Nacional, es otro de los referentes del municipio en este ámbito:
“Desde los seis años el delirio mío eran las plantas. Empecé a sembrar, me fueron pasando los añitos y yo sembrando más, hasta que llegó el momento que me cogieron los 84 años con estas arboledas. Tengo árbol del pan, naranja, mango, plátano y otras frutas”.
Así florecen a diario los patios en San Cristóbal. A tono con la implementación de la Ley de Soberanía y Seguridad Alimentaria y Nutricional y se actualiza la política de género, crece también este proyecto útil, certero y necesario.






