En los estudios de Radio Ariguanabo es usual desde hace años escuchar a Carmen Lieng Mena Lombillo. Aunque su formación profesional estuvo ligada al magisterio, y también gusta del modelaje, esta mujer encontró en el periodismo radial una vía de realización personal y la manera de ayudar a otros y cambiar, para bien, el mundo.
A Odalis Acosta, actual presidenta de la Unión de Periodistas de Cuba en la provincia, debe su incorpo- ración a este medio. “Estábamos juntas en un grupo de desfiles de moda y le comenté de mi interés por la radio. A finales del 2000 me llegó con la propuesta de entrar como redactora de prensa”.
“A partir de ahí todo fue un torrente de ideas, conocimientos y sentimientos encontrados, porque era cabina, micrófono, la redacción, el estudio central, el informativo; todo totalmente nuevo, pero apasionante.
“Desde que entré a Radio Ariguanabo dije: aquí me quedo. Hice de todo, boletines en la madrugada, en la mañana, al cierre; estuve trabajando en Güira de Melena, Quivicán, Bejucal, Alquízar, porque en aquel entonces la emisora abarcaba esos municipios.
“El trabajo aquí es muy fuerte y tienes que aprender a tiempo y en tiempo. Estando ahí siempre me vieron con perspectiva para ser la jefa de la redacción digital y pasé un curso en el ICRT. Empezaba a entrar la Internet en las emisoras y todo era nuevo.
“Al regresar del curso empecé como jefa de redacción digital y así estuve más de seis años, con un equipo conformado por dos editoras, un webmaster y un fotógrafo contratado. Me sentí bien, a gusto, y lo hice con toda la entrega posible, aunque entonces no estaban todas las computadoras, y había que trabajar de noche incluso, para no interferir en el trabajo de las redactoras.
“Traté de llevarlo todo parejo, sin abandonar la parte radial y participando en los concursos y festivales, que es algo que también me gusta y me ha traído muchas alegrías. Amo los radiodocumentales y los reportajes, además de contar historias de vida; eso me apasiona”. Así inició una nueva etapa en la vida de esta mujer risueña, que contagia a todos con su jovialidad. “Me alegra cuando alguien viene y me dice:
“Carmen, qué posibilidad hay de publicar esto, o hacer un trabajo de aquello; eso me gusta más que el diseño editorial que me pone mi jefa. Mi agenda la marcan las personas y sus vivencias e intereses”. Amén de algún que otro inconveniente con alguna fuente, confiesa amar esta profesión, de ahí su interés por la superación.
“Agradezco mucho los cursos que he recibido en el Instituto Internacional de Periodismo; ese es el lugar ideal para ponernos a pensar el periodismo que queremos hacer. Independientemente del ICRT y los cursos en nuestras propias emisoras, el Instituto es un referente, con profesionales de la talla de Raúl Garcés, Ana Teresa Badía, Isabel Moya, que en paz descanse, y tantos otros”.
En el periodismo de género ha encontrado otras pasiones. “Me fascina hacer trabajos sobre el tema mujer. En todos los sectores abundan mujeres, y es muy importante reconocer lo tanto que hacemos nosotras. Sí, soy un poco feminista. Cada mujer es una historia viva que tiene que contarse, cada mujer siempre tiene un porqué y eso lo aprendí en el Instituto”.
Más allá de la radio, un día normal en la vida de Lieng transcurre entre el cuidado de su mamá, ya con Alzheimer, y las labores propias de la radio. “Mi día normal es sentarme a escribir, recibir a las visitas, sean vecinos o compañeros de trabajo, y disfrutar a mi mamá lo más que pueda, con un tabaco si lo tengo, un poquitico de ron o vino, un café. Si estoy en el trabajo me gusta interactuar con mis compañeros, y adoro también coincidir con mis colegas de Artemisa”. Confiesa sentir satisfacción en los elogios de sus oyentes, aun cuando asegura no estar satisfecha, pues “todos los días hay algo que señalar, criticar o incluso alabar, ¿por qué no?”
Y aunque contar las vivencias de otros es su pasión, la trayectoria de Lieng merece ser contada, porque la suya es también la historia de una mujer empoderada, luchadora y siempre sonriente, pese a los avatares de la vida. Tras los micrófonos de Radio Ariguanabo, su casa grande, encuentra ella las maneras de aportar, desde el Periodismo, para que su patria chica: San Antonio de los Baños, sea un lugar mejor.