El entretenimiento es tan necesario para el ser humano como la instrucción y la educación. Cuando dichas cuestiones se vinculan, el aporte al crecimiento espiritual de la persona resulta significativo. Durante los meses de verano por excelencia en Cuba, las instituciones culturales existentes a lo largo y ancho del país deben desempeñar un rol trascendental en tal sentido. Esos sitios pueden convertirse -más que en otra época del año- en gestores de una recreación sana, inteligente, culta y también, ¿por qué no?, atractiva.
Con ese propósito laboran en San Cristóbal trabajadores de la Cultura, responsables de un amplio programa de actividades que abarca las diferentes zonas del municipio y los diversos grupos etarios.
La Guerrilla 50 Aniversario figura entre los protagonistas del empeño. Compuesta por instructores de arte de varias manifestaciones y sus unidades artísticas (aficionados a quienes forman), el grupo desarrolla una gira durante julio y agosto por comunidades vulnerables de la localidad.
El periplo comenzó el sábado 6 en la Comunidad El Mambí, situada a 24 kilómetros al sur de la cabecera municipal. En esa ocasión, la acompañaron el Conjunto Artístico Integral de Montaña y el proyecto Panal de la Fantasía, dos colectivos esenciales en el panorama cultural sancristobalense.
Dentro de las presentaciones del movimiento de artistas aficionados de la localidad, destacan el espectáculo infantil celebrado la mañana del pasado 11 en el portal del Cine Guayacán, y ese mismo día, en la propia institución, pero en la noche, otro dirigido a los adultos.
Pensar en todos los públicos
Las instituciones culturales sancristobalenses se insertan en la programación organizada por la Dirección Municipal del sector de la Cultura, para el verano con variadas propuestas desde las artes plásticas, la música, la danza, el teatro y la literatura.
El cronograma incluye actividades que responden a los propósitos de diferentes programas priorizados desde la instancia nacional. “Los más atendidos desde el punto de vista cultural son el dirigido al sector educacional, el de Plan Turquino y el del Adulto Mayor. Existen otros en los cuales también trabajamos, como el de las comunidades especiales, es decir, barrios en transformación.
“En algunos, de más reciente creación, debemos potenciar nuestra labor; dígase el Programa contra el Racismo y la Discriminación Racial, el del Adelanto de la Mujer y el de Soberanía Alimentaria”, expone Margarita Milián Salaberri, especialista en Programas y Proyectos, en la Dirección Municipal de Cultura.
Los ancianos en el centro de atención
El alto índice de envejecimiento poblacional experimentado en el país, demanda un tratamiento diferenciado a ese sector etario. El Programa de Atención al Adulto Mayor muestra particular fortaleza en San Cristóbal.
La Casa de Abuelos de la localidad es centro de confluencia de las diferentes instituciones culturales con propues tas de esparcimiento para los ancianos. Entre ellas, resaltan los espacios de música promovidos por la Casa de Cultura; Video Debate, del Cine Guayacán; Cuatro Letras y un Café, de la Biblioteca; y Artesanía Mayor, coordinado por la Sala Expositora.
El destacado exponente de las artes plásticas Eumelio Calzada es el anfitrión del último. El longevo de 82 años enseña a abuelas como Romelia González, la técnica del papel maché. A partir del uso de materiales reciclados en su mayoría, dan forma a variados objetos.
La Fiesta del Guarapo es otra de las actividades diseñadas para el adulto mayor. Acontece en el comedor del Sistema de Atención a la Familia (SAF) ubicado en el barrio La Micro. Allí, asesores literarios intercambian con los beneficiados: promocionan obras, leen poesías, le muestran cómo la literatura puede ser una forma de disfrute y aprendizaje.
Mucho puede hacerse en los municipios para incentivar la recreación sana, culta, inteligente, que no tiene por que ser aburrida. En San Cristóbal resulta visible ese propósito de las instituciones culturales, empeñadas en ofrecerle a su pueblo opciones de esparcimiento alternativas a la música vulgar y la banalidad predominante en redes sociales.