Un halo de solemnidad lo envuelve: es el Mausoleo a los Mártires de Artemisa, sitio de culto y reafirmación este 26 de julio, 71 años después de la célebre mañana de la Santa Ana en Santiago de Cuba, Bayamo y toda la nación. Aquí regresan los estudiantes de la escuela militar Camilo Cienfuegos, junto a una representación del pueblo de la Villa Roja.
Desde las primeras horas del día, el relevo de jóvenes y veteranos se sucede cada media hora en el complejo funerario y el panteón exterior, como símbolo de respeto y gratitud hacia los valerosos muchachos que decidieron tomar la historia por asalto.
Estudiantes, trabajadores de diversos sectores de la producción y los servicios, además de dirigentes de organizaciones políticas y de masas, depositan flores ante los nichos de los combatientes. El orgullo se manifiesta en su postura erguida y digna para el homenaje, pues se ha hecho tradición reverenciar a los protagonistas de aquella carga contra los bribones.
A algunos el tributo les corre en la sangre; es el caso de Dinorah Ileana Acosta, especialista de Atención a la Población y secretaria del núcleo del Partido en el Grupo Empresarial Artemisa, quien ha acompañado estas jornadas memorables, desde la inauguración del Mausoleo en 1977.
Otros como Ernesto Oliva Mojena, quien labora en la Dirección Provincial del Banco de Crédito y Comercio, llegan por primera vez a este Monumento Nacional, lo cual los compromete a indagar un poco más en la trascendencia de un acto de esta naturaleza.
Asimismo, los Camilitos continúan fieles a su misión. Alejandra Cárdenas Germán solo conocía de este servicio por un video. Con solo 16 años, tuvo la oportunidad de experimentar los relevos y asegura su regreso el próximo año, sin falta.
Hasta las cuatro de las tarde se sucederán rostros lozanos y uniformes impecables en las áreas del Mausoleo, un lugar donde las nuevas generaciones confirman el vaticinio del Comandante de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez, uno de los artífices de los asaltos a los Cuarteles Guillermón Moncada y Carlos Manuel de Céspedes: “(…) por los ejemplos de los que se sacrificaron ayer, otros cubanos se sacrifican hoy y habrá otros que deberán sacrificarse mañana”.












