Probablemente, semejante enunciado le recuerde la canción de Jennifer López, tan de moda hace algunos años, en la que la cantante se preguntaba por el anillo. En franca alusión al pegajoso estribillo, la frase del título se escucha en muchas voces sancristobalenses –no tan artísticas, por cierto, pero con similar tono de reclamo- que esperan más o menos esperanzados el renacer definitivo de La Piscina.
Y lo escribo en mayúsculas, pues, más que simple alberca, constituye sitio emblemático de San Cristóbal. ¿Cuántos niños, adolescentes y jóvenes urdieron alegres recuerdos en sus aguas? ¡Y seguramente buenos sustos también!
Hace mucho tiempo es imposible darse un chapuzón allí. Ni siquiera puede ejercitarse el cuerpo en el otrora gimnasio biosaludable en área contigua, que tantos practicantes del ejercicio físico atraía.
Por sus inmediaciones transitan personas desde el Hospital General Comandante Pinares hacia el centro de la ciudad y viceversa. En ese trayecto tan concurrido, la pregunta emerge muy a menudo entre los pobladores. Y es que, desde el exterior, el inmueble se advierte todo remozado: la oxidada cerca perimetral de antaño fue sustituida por un muro de concreto de aceptable estética.
La constancia y rapidez en los trabajos constructivos, sembró la idea en muchos coterráneos de que se trataba de un emprendimiento privado; a más de un acaudalado lugareño le agenciaron su arrendamiento.
Pero no, La Piscina continúa perteneciendo a la Dirección Municipal de Deportes. El Estado aportó los 20 millones de pesos para la obra civil durante 2023. Eso sí, la Mipyme artemiseña IROMA asumió la ejecución.
Es una obra de gran envergadura, incluida en el plan de la economía: se laboró en la eliminación de las grietas del vaso de la piscina, el cercado perimetral, la carpintería, las instalaciones hidráulicas y sanitarias del socioadministrativo y los baños.
Felipe Cruz Ordaz, administrador del Combinado Deportivo Piscina, reconoce la seriedad en el trabajo de la mediana empresa, su capacidad de gestión y control de los recursos, así como el aprovechamiento de la jornada laboral. En consecuencia, el propósito de esa etapa se cumplió en el tiempo previsto y con ajuste al presupuesto asignado.
“Tras eliminar las fisuras, al vaso se le aplicaron dos buenas capas de pintura impermeabilizante, luego otra de pintura de clorocaucho. Pero no se hizo la prueba con agua”, apunta Felipe, quien teme un nuevo deterioro a causa de permanecer más de tres meses a la intemperie, y vacío.
Belkis Morales Álvarez, directora de Deportes en San Cristóbal, explica que las labores en la piscina continúan, para lo cual tienen notificados 5 millones de pesos en 2024. “Resta concluir la red hidráulica que permita entrar agua a la instalación, para el llenado del vaso y de las cisternas que almacenan el líquido, a fin de trasladarlo hasta el tanque elevado… y de este a los baños y duchas exteriores. Hemos consultado a varias Mipymes sobre el sistema de filtros. Además, nos queda pendiente el biosaludable”.
Si bien varias autoridades han visitado el lugar, y barajan diferentes propuestas para el acceso al agua, no tienen una respuesta definitiva. Lo asegura el administrador.
“La Mipyme IROMA es la única contratada: le falta revisar las cisternas, para determinar si tienen filtraciones, y la piscina, mediante la prueba de agua. Esta última parece agrietarse nuevamente”.
Urge definir y emprender una solución para no perder lo que con tanto esfuerzo se ha logrado. Como sancristobalense, ansío que la tan llevada y traída pregunta encuentre una respuesta feliz. ¿Qué importa el anillo? Más interesa el desarrollo del deporte… y un buen chapuzón, cuando el verano acecha a la vuelta de la esquina.