Con atuendos y preocupaciones muy diferentes a los de sus antecesores, llegarán los 21 delegados y cuatro invitados artemiseños al duodécimo Congreso de la Unión de Jóvenes Comunistas, que sesionará en la capital desde este martes y hasta el próximo cuatro de abril, aniversario 62 de la organización creada por el Líder Histórico de la Revolución.
Además de militantes del sector obrero y campesino, estudiantes de la Universidad de Artemisa y trabajadores de la Zona Especial de Desarrollo Mariel, integran la comitiva las actuales Primera y segunda Secretaria del país.
Entre todos está garantizada la representación de los intereses de los más nuevos, pues los debates se centrarán en el funcionamiento orgánico, la política de cuadros, la defensa de la Patria, su papel en tareas de impacto social y la implementación de la Ley de la Niñez, Adolescencia y Juventud, de acuerdo con Lázara Yudelky Quiala, máxima dirigente de la UJC en la provincia.
Antes de partir hacia la máxima cita de las nuevas generaciones, los nuestros rindieron tributo a sus ídolos en el Mausoleo a los Mártires de Artemisa, y al cierre de esta edición tenían previsto un intercambio con autoridades políticas y gubernamentales del territorio, además de un recorrido por centros de interés en la producción de bienes y servicios.
Dos días no bastarán para afianzar el protagonismo de los bisoños, pero sí se convertirán en espacio de análisis, retroalimentación y oportunidad de renovar bríos, luego de una dura etapa de impacto de la COVID-19 y transformaciones en el ámbito socioeconómico.
Tal vez se le escuche a una delgada muchacha narrar sus experiencias en el Servicio Militar Voluntario Femenino y otro jovencito de jeans y pulóver cuente al plenario cuánto han hecho en su comité de base por transformar la comunidad más cercana a su radio de acción, empeñados en crear su felicidad, a tono con el lema del cónclave.
De seguro no faltarán las anécdotas en zona roja, esas que nunca pasarán de moda, al igual que las estrategias encaminadas a la producción de alimentos, a partir del vínculo estudio-trabajo y los esfuerzos investigativos de la comunidad científica.
A diferencia de otras citas, los detalles del congreso podrán seguirse a través de las redes sociales, de las “directas” que hagan sus participantes, de modo que hasta el discurso periodístico habrá de ponerse a la altura de esta tropa entusiasta y soñadora.
Una selfie de recuerdo, el tatuaje con la frase favorita, los piercings en la nariz…, habrán muchos detalles propios de esta generación, para algunos incomprensibles; sin embargo, prevalecerá la voluntad de hacer por Cuba, de ser los primeros en el aula, el surco y la fábrica; de mover montañas, si fuera pre- ciso, en nombre del futuro.