Quienes combatieron en Playa Girón contra la invasión mercenaria de la Brigada 2506, escribieron en la arena, con sangre y sudor, la consigna de Patria o Muerte.
Milicianos, tropas del Ejército Rebelde y efectivos de la Policía Nacional Revolucionaria, no hicieron otra cosa que defender con sus vidas el socialismo proclamado por Fidel apenas 24 horas antes, cuando en memorable e inédito acontecimiento, armó a su pueblo y lo conminó a vencer o a morir por las glorias alcanzadas, por ideales y realizaciones que solo una revolución como la nuestra puede ofrecer.
Para el resto del mundo no pudo pasar inadvertido, tanto derroche de heroísmo y audacia de los que todo lo entregaron por un ideal. Aquella victoria fue también el triunfo de los pueblos oprimidos, de los humildes y olvidados de la tierra que después de Girón fueron más libres.
La victoria contra los invasores imperialistas cambió para siempre la historia de Cuba. Se nos abrieron sendas más claras y anchas en la construcción del socialismo, tuvimos muchas más razones para apostar por el proyecto martiano de una Cuba con todos y para el bien de todos, y pudimos apreciar hasta donde era capaz de llegar la ambición de dominio desmedida de un enemigo histórico y voraz.
Girón fue mayor testimonio que dio este pueblo del valor que tienen la unidad y el liderazgo, como premisas fundamentales para la movilización y la victoria. Nos demostró que las derrotas del enemigo no se gestan en el escenario del combate, que el enfrentamiento a nuestros adversarios se prepara y se organiza militar e ideológicamente, que un pueblo solo defiende aquello en lo que cree y respeta.
El legado histórico de nuestra victoria en Playa Girón, vista como la primera derrota del imperialismo en América, no se puede valorar por el alcance de los combates, por la valentía de nuestros combatientes, por la cifra de caídos, ni por la captura y el juicio a los mercenarios.
Su verdadera importancia histórica, según Fidel, solo puede medirse valorando lo que gracias a esa derrota, no sucedió después, porque en caso de que el resultado hubiera sido adverso, no seríamos el país ni el ejemplo que somos para el mundo, la Revolución no hubiera sobrevivido, y sí el capitalismo. Y lo que es peor, Estados Unidos se mantendría invicto en su largo historial de agresiones imperiales.
Girón dejó lecciones que llegan a hoy. Nuestro enemigo histórico, Estados Unidos, no abandona su empeño de expansión y dominio respecto a Cuba. A la generación aquella le correspondió defender a la Revolución en Playa Girón, en un combate abierto. Para los revolucionarios de hoy, son otros los escenarios de combate, más sutiles, amañados, encubiertos y peligrosos.
A los revolucionarios de ahora nos corresponde el enfrentamiento efectivo y sistemático desde las redes sociales para contrarrestar las agresiones mediáticas, ser más honrados, laboriosos y creativos para disminuir los efectos del bloqueo. Nos corresponde ser más disciplinados y poner todos
los días a prueba nuestra capacidad para resistir y crecer, nos toca ser más proactivos y coherentes en nuestros modos de actuación y demostrarle a la juventud que también en Cuba pueden construir sus felicidad. Solo así rendiremos el homenaje que merecen los combatientes de Girón, solo así seremos dignos de su legado y solo así lograremos que las venideras generaciones tengan Revolución.