Siempre que pensamos en el sector de la Salud nos vienen a la mente quienes trabajan directamente con el paciente, pero existen otras tareas igual de importantes, entre las que destacan, por su rol formador, la docencia y la investigación.
Lareysi Borges Damas, graduada de Licenciatura en Enfermería, Máster en Atención Integral a la Mujer y Doctora en Ciencias de la Enfermería, es un nombre imprescindible en el campo de la docencia y la investigación en Artemisa. Trabaja en la Facultad de Ciencias Médicas como Directora del Consejo Provincial de Sociedades Científicas de la Salud.
Aunque su vocación inicial no la vinculaba a la medicina poco a poco el destino la fue llevando por ese camino. “Cuando tuve que elegir una carrera universitaria, mi inclinación era por la Lengua y Literatura Hispánica. Llegó solo una plaza para los 19 municipios de la entonces provincia de La Habana. Recuerdo que permití incluso que alguien llenara mi boleta y me llegó Licenciatura en Enfermería, una de las especialidades del perfil de la Salud que me solicitaron entre las primeras opciones”.
Luego del choque emocional, fue poco a poco adaptándose. “Desde que recibí las primeras asignaturas, ante tanta teoría, me decidí por las ciencias básicas, por la Fisiología. No obstante, quise incluso cambiar de carrera y de universidad, para estudiar Derecho, y aunque me lo aprobaron, circunstancias sobretodo económicas, me hicieron continuar la Licenciatura en Enfermería; después vinieron tiempos mejores cuando en 1994, al pasar para cuarto año, se descentralizó la Facultad en la que estudiaba, que radicaba en el municipio de Güines
Ya en Artemisa, asegura que en el Hospital Ciro Redondo, el profesor Róger González, jefe de la carrera, la ayudó mucho. “Él advirtió en mí posibilidades para la docencia, más que para el servicio. Me gradué en 1997 y desde el trabajo asistencial, comencé a impartir clases, hasta hoy.
“Llegué a la Enfermería Ginecobstétrica cuando la profesora de esa especialidad se fue de Artemisa. Ahí despertó mi pasión por la Obstetricia. Me fui especializando y para mi tesis doctoral escogí el tema del parto respetuoso.
“Quería como enfermera, escribir las bases epistemológicas de un modelo de cuidado para el parto respetuoso. Escribirlo fue solo el inicio. El aporte se materializa cuando las bases teóricas que escribí se llevan a la práctica asistencial, para mejorar la calidad de atención a la mujer durante el proceso reproductivo, por parte de la familia, del personal médico y de las instituciones.
“El modelo se centra en el parto, pero hoy se habla desde la etapa preconcepcional hasta los 1 000 días de nacida la criatura, procurando que la mujer sea atendida lo mejor posible, que se sienta protagonista, preparada para enfrentar todo ese trayecto, que sea respetada; sin ver su embarazo como un problema biológico ni como una enfermedad y que al final eso redunde en la felicidad de su bebé.
“Ha sido un camino muy largo, con complejidades e incomprensiones, pero con el apoyo de personas muy valiosas, unidas en la aspiración de que el parto respetuoso sea una realidad en Cuba, algo que no solo pasa por el conocimiento y la capacitación, sino también por la aceptación y la voluntad de aplicar el modelo. Hoy se ha convertido en un objetivo de trabajo del Ministerio de Salud Pública y del Programa Materno Infantil, pero falta mucho por hacer todavía”, asegura.
“El Plan E de Medicina no contiene Parto Respetuoso, pero la Facultad autorizó una asignatura optativa y los estudiantes de Medicina en la especialidad de Ginecología y cuarto año, reciben la asignatura Modelo de atención al parto respetuoso. En la carrera de Licenciatura en Enfermería, esta asignatura sí forma parte del plan de estudios.
“Ya están definidas las funciones y competencias de cada quien y diseñamos indicadores de calidad para medir la efectividad del modelo, los cuales ya se publicaron en la Revista cubana de Obstetricia. En la I Convención Nacional en saludo a la Semana Mundial de Parto Respetuoso, a celebrarse en Artemisa entre el 6 de mayo y el 21 de junio daremos a conocer los resultados completos”.
A estos logros suma la publicación de dos libros suyos sobre el tema: Profilaxis desde la perspectiva del parto humanizado y Parto humanizado en Cuba. Manual de Enfermería. Además es coautora de otros dos: Guía de atención al parto respetuoso y Enfermería Comunitaria integral.
Ser esposa de un especialista en Ginecología y Obstetricia asegura que ha sido una fuente de enseñanza y un puntal en su proyecto. “Mis resultados también le pertenecen. Mi hijo mayor es médico y está en primer año de la misma especialidad, de ahí que en casa es inevitable el intercambio de opiniones. El más pequeño estudia Derecho y trabaja conmigo las bases legales del parto respetuoso, como un derecho de la mujer. No cumplirlo puede considerarse violencia obstétrica y por consiguiente, como un tipo de violencia de género.
Además, con el nuevo Código de las Familias, tendremos que mirar desde un prisma legal diferente la concepción, el embarazo, el parto y la etapa posterior al nacimiento de un niño. Para eso trabaja ella y toda una familia que la apoya y respeta.