“Llamamos a la comunidad internacional a tomar medidas concretas para detener esta agresión imperialista a Gaza y Cisjordania. La solidaridad mundial es imprescindible con tal de poner fin a la masacre”, afirmó la estudiante universitaria Laritza de Paz Marrero, durante la marcha en Artemisa en solidaridad con Palestina.
“No estar al lado de ese pueblo que sufre, sería ser partícipe del crimen de lesa humanidad que se comete por estos días. Por eso, haciendo nuestro el legado del Apóstol, los jóvenes artemiseños repudiamos ese genocidio.
“Por supuesto que no es solo un conflicto territorial, sino una lucha desigual entre un estado militarizado y una nación desposeída con ansias de libertad y pleno derecho a existir”, aseguró la joven.
Aludió a la violencia desproporcionada de Israel, con su tecnología militar avanzada y su superioridad militar abrumadora, como un acto dirigido a exterminar a los palestinos, ya con decenas de miles de muertos entre ellos, sobre todo niños, mujeres y ancianos.
Y como los más pequeños se cuentan entre las principales víctimas de los crímenes, la pionera Duleymis Hernández Martínez, estudiante de la enseñanza secundaria, habló en nombre de los niños.
“La Organización de Pioneros José Martí cuenta con una tradición rebelde, revolucionaria, comprometida con las causas más justas y nobles. Nuestro carácter humanista y solidario, nos otorga la autoridad moral para condenar enérgicamente los bombardeos a la población de Gaza.
“Reafirmamos nuestra solidaridad y apoyo a los niños y niñas de Palestina, que sufren por no tener alimentos, ni poder asistir a escuelas y hospitales, debido al genocidio y el apoyo de gobiernos como el de Estados Unidos”.
Como toda Cuba, Artemisa salió a las calles para reclamar el fin del atropello en Palestina. Niños, jóvenes, combatientes de la Revolución Cubana y pueblo en general, encabezados por las autoridades del territorio, marcharon para condenar los desmanes de Israel en Gaza y Cisjordania, y exigir que cese la matanza de civiles inocentes.
Numerosos carteles y banderas de Palestina multiplicaban el clamor por la paz y la vida; recordaban a Fidel cuando instó a ser tratados y tratar a los demás como seres humanos, a ganar batallas con la fuerza de la verdad y de las ideas, y a luchar por los sueños de justicia para Cuba y para el mundo.

















